El Dr. Ramón Bataglia, jefe de la Cátedra de Ginecología, comentó que la reestructuración, completamente montada y equipada para esta especialidad, contará además con personal capacitado y entrenado.
La cifra de atenciones de menores embarazadas llega a un 47%, son adolescentes que se encuentran en unión estable, y un 76% son solteras. Bataglia comenta que sin discriminar contextos, ya sea por consultas prenatales o urgencias por abusos o violaciones, los casos son tratados con mucho recelo, garantías de seguridad y de atención, siendo derivados al Ministerio Público.
Los doctores cuidan que las pacientes no siembren temores y así lograr que acudan a los controles, y evitar que terminen recurriendo a servicios que pongan en riesgo su integridad
En 2016 –comenta el jefe de cátedra– se registró un alto número de partos en pacientes menores de 15 años e infantojuveniles, llegando a los casi 300 alumbramientos de un total general desde 1995.
Todos estos casos de embarazos precoces se contextualizan en dos factores: La violencia y la falta de educación sexual.
“En las pacientes que llegan hasta el servicio se demuestran la falta de educación sexual, la débil proyección de los programas nacionales en cuanto a difusión y alcance sobre educación sexual”, relata.
Por su parte, la Lic. Cleyde Rivas, obstetra y miembro del Área de Salud del Hospital, comenta que las adolescentes acuden al Materno de todas partes del país.
La educación sexual, la crisis familiar por separación de padres y un profundo sentimiento de abandono están presentes en la vida de las menores.
La obstetra señala que estos factores y la falta de educación propician a tener relaciones sexuales sin hablarlo con nadie, sin información sobre los cuidados.
“Aún persiste incluso en las instituciones educativas el tabú sobre este tema; muchas de nuestras pacientes presentan abusos tanto sicológicos como físicos, por nuestra parte brindamos nuestra labor médica y emocional, pero no es suficiente”, advierte Rivas.