“Es una alegría mezclada de tristeza, pero más de alegría que tristeza, pues ver al hermano llegar donde ha llegado Gabito solo puede dar alegría”, dijo Rosa Aida García Márquez, de 85 años, cuarta de los 10 hermanos que tenía el premio Nobel de Literatura.
El claustro de La Merced, ubicado a unos 100 metros de la casa familiar, frente al mar, centralizó la ceremonia de homenaje al escritor, fallecido a los 87 años, el 17 de abril de 2014, en Ciudad de México, donde vivía con su esposa Mercedes Barcha.
Mariposas amarillas enormes, un símbolo del realismo mágico que esgrimía Gabo –cariñoso apodo del autor de Cien años de soledad– en sus obras, adornaban los árboles del claustro.
Sillas doradas fueron desplegadas para los 400 invitados en el evento organizado por la Universidad de Cartagena, a la que pertenece el claustro. “Es un honor que la ciudad de Cartagena organice un evento así. Estamos muy felices, muy contentos”, declaró Gonzalo García Barcha, uno de los hijos del escritor.
Édgar Parra Chacón, presidente de la Universidad de Cartagena, pegada al claustro, expresó el “gran honor de recibir las cenizas de Gabo”. Recordó que fue en esta ciudad que el escritor, abandonando su título de abogado, comenzó como un periodista y situó varios de sus libros.
Durante la ceremonia, actores y cuadros vivientes incluidos en El amor en los tiempos del cólera, fueron desplegados bajo los arcos del claustro. A continuación los dos hijos de Gabo, Gonzalo y su hermano cineasta Rodrigo, descubrieron ante el público el busto de bronce de su padre, creado por la artista británica Katie Murray y erigido en el corazón del claustro. AFP