El funcionario dijo que están siguiendo de cerca las publicaciones acerca del caso que involucra a la marca JBS, que tiene tres sedes en nuestro país. El último frigorífico, el más grande y moderno en Paraguay, está ubicado en la localidad de Belén, Concepción.
“Más allá de ser un tema puntual de Brasil tenemos que mirar del punto de vista regional porque se van a exigir controles sanitarios más severos”, admitió.
En otras palabras, la apertura de mercados sería más dificultosa por la cantidad de requisitos que se agregarían a partir de esta experiencia. “El temor que tenemos es que esto conlleve requisitos más rigurosos, siendo que lo que tenemos ahora ya es bastante riguroso y costoso”, comentó el titular del servicio.
Habló luego de que cada frigorífico instalado en Paraguay es sometido periódicamente a controles. Senacsa dispone de dos a tres funcionarios para cada empresa, explicó Idoyaga.
Recordó que mercados importantes de Brasil, como China, ya han suspendido temporalmente la importación de carne debido a este problema. No obstante, la marca JBS en Paraguay no está teniendo ningún tipo de restricciones para seguir operando, agregó.
“No me quedan dudas de que Brasil seguramente va a negociar de vuelta (los mercados), pero es un tema difícil después de todas las publicaciones, porque acá daña la confianza y eso es un elemento clave para este tipo de negocios”, reflexionó.
Defensa. Así como el Gobierno promocionó de forma notable la instalación de JBS, también empleó los medios a su disposición para dar a conocer la posición de la empresa. En las cuentas en redes sociales y portales de la Secretaría de Información y Comunicación (Sicom), se dio destaque al comunicado de la compañía extranjera, en la que afirma que “no tolera ningún problema de calidad en sus procesos industriales”.
Recordemos que grandes multinacionales brasileñas dedicadas al rubro de la carne, entre ellas JBS, fueron señaladas por la Policía Federal brasileña en una investigación denominada Carne Débil, que afirma que las firmas sobornaron a inspectores de salud para comercializar carne adulterada con sustancias químicas ilegales y hasta cancerígenas, según publicó la BBC.