Por Vivian Sequera - Reuters
El presidente Nicolás Maduro, candidato a la reelección en los comicios del 20 de mayo, ha planteado establecer un nuevo diálogo con todos los sectores del país, en medio de una hiperinflación de cinco dígitos, escasez de alimentos, medicinas y cortes de servicios básicos.
“La única cosa que estoy pidiendo para sentarme en una mesa a hablar con el gobierno, si es que no gano (las elecciones), es que abran el canal humanitario de manera inmediata”, dijo Bertucci a periodistas en Caracas, en una jornada en la que ofreció un almuerzo a un millar de mujeres en el Día de la Madre.
Maduro, que no ha aceptado la posibilidad de recibir ayuda en comida y medicinas desde el exterior, ganaría la contienda apoyado por la poderosa maquinaria electoral partidista, mientras la oposición llamó a la abstención porque considera injustas las condiciones del voto: sus principales dirigentes o están presos o tienen prohibido postularse.
El pueblo venezolano “está desesperado (...) estamos en la peor crisis humanitaria que ha visto Latinoamérica en uno de sus países”, agregó Bertucci, de 49 años, quien busca capitalizar el trabajo social de su iglesia, que –según él– ha servido cuatro millones de platos de sopa en el último año y medio con ayuda de 130.000 voluntarios.
Bertucci descartó nuevamente el domingo aliarse con el exgobernador Henri Falcón, principal contrincante de Maduro, argumentando que sus votos, mayormente de evangélicos, no son endosables.