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Con un entusiasmo contagiante y al ritmo de La sombra del gigante, ingresó al escenario del Centro de Convenciones de la Conmebol el cantante italiano Eros Ramazzotti, quien en una noche palió sus 22 años de ausencia en Paraguay, con músicas y un derroche de carisma único.
Con la versión en italiano Il tempo non sente ragione siguió el show, en la que Eros saludó con un “buenas noches, Asunción... ¿qué pasa?, ¿todo bien? Gracias por estar aquí esta noche”, y siguió con Estrella gemela.
El cantante, que llegó al país en el marco de su gira Perfecto, con la que promociona su último trabajo discográfico del mismo nombre, deleitó a sus fans por casi dos horas de show, haciendo un repaso por sus nuevas canciones y sus grandes clásicos, que fueron coreados por el público.
Luego, con la guitarra en las manos cantó Fábula, con mucho sentimiento, como se percibieron en todas sus canciones; entre ellas Flor nacida ayer, Terra promessa y Per me per sempre, estas dos últimas en su idioma natal.
calidad. Aparte de enamorar con sus temas, el italiano hizo gala de su galantería, su manejo del espectáculo, la calidad de su banda y el trabajo en equipo, y ese don que lo mantiene en la cima musical desde hace más de tres décadas. El cantautor hizo de todo –desde regalar su agua o la púa de guitarra al público, hasta bajar del escenario (en más de una ocasión), y sentarse entre sus fans, firmar autógrafos y tomarse selfies con ellos– para congraciarse con su público –y vaya que lo logró–, ya que todos los presentes salieron satisfechos del espectáculo, propiciado por One Entertainment y Fenix Group.
Ramazzotti se lució además en el piano e incluso en la batería, donde se dio el lujo de desafiar a su baterista Vinnie Colaiuta, quien aceptó el reto. Su banda, de excelente nivel musical, lo acompañó a la perfección.
clásicos. El público, sorprendido por la sencillez del artista que vendió más de 65 millones de discos, se sintió en libertad, incluso de pedir los temas que querían escuchar. Ramazzotti, por su parte, les enseñó incluso a afinar sus voces.
Los clásicos, como Si bastasen un par de canciones y Será, se escucharon con fuerza desde los distintos sectores, tanto que en un momento el cantante simuló retirarse del escenario, ya que no tenía nada que hacer allí.
Tanto disfrutaban sus fans, que luego de retirarse, Eros y su banda se vieron obligados a volver al escenario y complacer a su público con dos canciones más: Una emoción para siempre, Otra como tú y Cosas de la vida.
El cierre fue todo un espectáculo, con el público bailando al pie del escenario y un Eros tan emocionado y con la misma energía que al inicio.