EN ESPIRAL. El viaje del aeropuerto hasta nuestro hotel es de aproximadamente una hora y veinte minutos y lo más llamativo del mismo es que todo ese trayecto es de bajada en forma de espiral pues la ciudad se encuentra en la zona baja rodada de las montañas. Mientras se va en descenso se tiene la fortuna de admirar la ciudad de Medellín desde lo más alto, apreciando su gran magnitud y belleza.
POR UN ALMUERZO. “Si usted me escribe que Nacional de Medellín va a clasificar a la final de la Copa Sudamericana, yo no le cobro la comida ni las bebidas”, fue lo que nos planteó el dueño de un local en el que fuimos a almorzar. Y seguido nos aclaró: “Pero si usted me pone que mi equipo se elimina ante el Cerro Porteño, yo le cobro todo, pero la propina paga doble”, concluyó entre risas el señor Jimy, quien ya tiene su entrada para el juego del jueves.
UN CASTIGO. Así como para los hinchas del Nacional será una gran alegría llegar a la final de la Copa, para los hinchas de los otros equipos grandes del fútbol cafetero sería una desgracia, un dolor tener que ver la posibilidad de un nuevo título internacional del Albiverde. Pero como siempre hay excepciones, un taxista hincha del DIM manifestó que le gustaría que un equipo colombiano vuelva a jugar una final y que la gane, pues para él, el fútbol colombiano es el que sale beneficiado.
¿CóMO DIJO? En varias ocasiones tuvimos que pedir a los hermanos cafeteros que repitan lo que nos dijeron, pues la forma de hablar, la rapidez con la que lo hacen, hace que nos cueste entenderles.