“Sé que mucha gente me tiene por responsable de las acciones y de la reputación de la comunidad global del fútbol, sea la decisión sobre la sede de un Mundial o un escándalo de corrupción”, dijo en un esperado, aunque muy breve discurso.
Pero agregó: “Nosotros, o yo, no podemos vigilar a cada uno todo el tiempo. Si la gente quiere hacer algo malo, también intentarán esconderlo”.
Firme. La subida de Blatter al podio fue precedida de bailes y una presentación musical que parecían pensados para rebajar la tensión que desde el miércoles vive el mundo del fútbol y, especialmente, la cúpula de la FIFA, que tiene a dos de sus vicepresidentes detenidos en Suiza.
Por su parte, el suizo mostró estar preparado para desafiar a quienes se le oponen y a esperar que sean los votos de las asociaciones nacionales de fútbol (209, en total) las que decidan si otro merece más el puesto que él.
Blatter enfrenta a europeos y a EEUU, que no le quieren ver más a la cabeza de la FIFA, con el apoyo de la mayoría de asociaciones del resto del mundo, de África, de Asia y de América Latina, que le han apoyado incondicionalmente durante años, así como de Rusia, que ha salido abiertamente en su defensa.
otra cara. El príncipe jordano y vicepresidente de la FIFA, Alí bin al Husein, será la única alternativa en la elección y, a pesar de la magnitud de los escándalos, nadie pondría las manos al fuego de que será capaz de vencer a Blatter, quien dirige la organización desde hace 17 años.
Si ninguno de los dos candidatos logra los 139 votos se procederá a una segunda vuelta en la que ganará el que obtenga mayoría simple.
Si Joseph Blatter vuelve a ser el vencedor en las elecciones de hoy, se cree que algunas asociaciones podrían considerar su retiro de la FIFA y, en este sentido, Platini ha dicho que incluso la federación que preside pondrá a consideración de sus miembros su retiro en bloque.