La playa forma parte de la Costanera de Hernandarias, que funciona desde el 2015 en las costas del lago Itaipú.
Promete ser un espacio de veraneo con sus 450 metros de extensión y 80 metros de ancho, donde los bañistas podrán disfrutar del lugar dotado con todas las comodidades básicas, como baños sexados, estacionamiento y servicio de seguridad.
Pero esta es recién la primera etapa, la segunda está en pleno proceso de construcción. En total, tendrá 960 metros, informó el corresponsal de Última Hora Wilson Ferreira.
El horario de apertura al público será de 10.00 a 19.00. “Ese será el horario permitido para que la gente ingrese al agua y funcionará de martes a domingo”, señaló el ingeniero Rubén Sanabria, coordinador de inversiones en el área de Industria y Turismo de la Municipalidad de Hernandarias.
La nueva playa del este será administrada en forma conjunta por la Municipalidad y la Itaipú Binacional a través del área encargada de turismo. El estacionamiento controlado estará ubicado atrás del Club Náutico.
Recordó que este era un anhelo de toda la ciudadanía que apostó mucho al desarrollo del turismo confiando en las condiciones locales, aprovechando los lagos Acaray e Itaipú.
Se establecieron ciertas reglas como la prohibición de ingresar con bebidas alcohólicas, mascotas, no se podrá caza ni pescar, tampoco acampar, prender fuego, escuchar música fuerte, el ingreso de vendedores ambulantes, ingresar envases de vidrio ni utilizar materiales inflamables.
Tampoco, por supuesto, se permitirá el ingreso de armas de fuego, ni arrojar basuras.
Aguas mansas
La llaman playa mansa porque tiene un régimen de aguas calmas, en función a los elementos de contención que se previeron durante la etapa de planificación.
Sin dudas, se trata de un lugar paradisíaco, con un paisaje único, rodeado de una hermosa vegetación con vista a la portentosa estructura de hierro y hormigón armado que hace a la represa de la Itaipú Binacional.
Por tratarse de una playa artificial, la arena tiende a migrar paulatinamente hacia el embalse. Para evitar ese efecto, y a través de un proceso de alta ingeniería, se realizó una protección contra el oleaje (espigón enrocado), que hace que el agua se aquiete.
La ejecución de la playa artificial se hizo en condiciones totalmente desfavorables. Uno de los factores limitantes es el nivel del embalse, que se vio afectada por las constantes lluvias registradas en la región.
Las máquinas excavadoras debieron entrar hasta el medio del agua para poder sacar todas las piedras, sobre las cuales se asientan los geotubos, por medio de un sistema de carga y retiro de pedraplén de avance.