El primer proyecto de alianza público-privada (APP), para la duplicación de las rutas 2 y 7, se presentó a inicios del 2014. En ese momento, fue anunciado con bombos y platillos como uno de los logros más importantes del Gobierno de Cartes.
Esto, porque al fin el país contó con otra modalidad de financiamiento –el sector privado– para repuntar las inversiones en obras públicas; por cierto, muy necesarias, ya que estamos entre los países con peores infraestructuras.
Un año después (2015), 11 empresas precalificaron para participar de la megalicitación, las cuales, en su mayoría, son firmas de gran renombre internacional. Por primera vez, Paraguay figuraba como un país atractivo para las inversiones extranjeras en obras.
Hace un año se realizó la licitación para que las compañías pudieran presentar sus propuestas; sin embargo, luego de varias postergaciones de la apertura de ofertas, un solo oferente se presentó en junio pasado, un consorcio integrado por Sacyr (España), Mota Engil (Portugal) y Ocho A (Paraguay). ¿Qué pasó de las demás empresas que desistieron?
La APP de las rutas 2 y 7 es una de las más atractivas de la región, donde la empresa adjudicada percibirá unos USD 1.700 millones en 30 años de concesión, de los cuales la rentabilidad estimada es de USD 400 millones. ¿Qué empresa no ambiciona ganar dicho monto por construir, operar y mantener una ruta?
El problema surgió cuando los que administran este proyecto en el MOPC, para lo cual incluso se contrató a una consultora (Deloitte & Touche) por USD 10 millones, no supieron atender las dudas de las firmas. Incluso afirmaron que en cada reunión los responsables del proyecto “divagaban” las respuestas. Además, el tiempo que dieron desde un comienzo (cuatro meses) no fue suficiente para la preparación de una oferta y las constantes prórrogas hicieron perder la confianza.
A última hora, las autoridades responsables se dieron cuenta de que estaban ante un inminente fracaso, por lo que convocaron a los posibles oferentes para “negociar”. El resultado de una muy mala gestión es que hoy se tiene un solo oferente que incluso ofertó el costo máximo que estipuló el MOPC en el pliego; es decir, lo más caro que se pudo.
Esta semana deben definir si adjudican o no la duplicación de las rutas 2 y 7 al único oferente, que de seguro se concederá, ya que el tiempo se acaba y el Gobierno debe “lucirse” como sea con los proyectos APP, sin importar las consecuencias.