“Hay muchas emociones con el lanzamiento, un poco de miedo entre ellas, pero es genial sentir que doy finalmente este paso”, comenta emocionada la cantante
El disco se hizo esperar mucho, porque, según palabras de Andrea, antes no estaba artísticamente preparada para tal responsabilidad. “No es así nomás que uno hace un disco; al menos yo le tengo un respeto muy grande a la industria. Hacer un material discográfico es un legado, algo que va a quedar escrito en tu historia, no debería de tomarse tan a la ligera”, dice, y agrega: “Creo que las cosas pasaron como tenían que pasar”.
Para Andrea, el material marca el cierre de un ciclo. “Es una especie de mosaico de todo lo que yo fui durante estos 11 años. Por ende, recorre un poco los estilos en los que me vi involucrada musicalmente en ese periodo; pop, rock, blues, baladas, mucho inglés y, por supuesto, español”, explica.
Folclore. El único estilo que no abarca Andrea en este trabajo es el folclórico, porque próximamente tiene intenciones de hacer un disco completo de folclore; pero a su estilo, adelanta.
Con Trece, Valobra también debuta como compositora -con 4 temas de los 13-, y para ello se inspira en experiencias. “En mi caso, me inspira todo, lo bueno, lo malo, lo triste, lo alegre... pero, sobre todo, lo que me toca vivir”, comenta.
La cantautora, con este trabajo, busca “que la gente vea” cuánto creció como artista, aunque ella reconoce que “hay muchísimo por crecer y aprender” todavía. “Definitivamente no soy la misma de hace 11 años atrás, y ni siquiera de hace 1 año; y se puede sentir esa evolución en este material”, afirma.
De sus inicios, Andrea recuerda que pese a ser un poco inmadura y muy emocional, siempre supo lo que quiso; “y de algún modo u otro siempre hice todo para llegar donde llegué, consciente o inconscientemente”, añade.
Camino. Como artista, en 11 años Andrea tiene muchas satisfacciones, en especial en lo relacionado a la respuesta de la gente. “Es una satisfacción el público que se acerca a decirme cómo vibran conmigo cuando canto, que les llegan mis canciones, que se identifican conmigo como mujer, mamá, artista o como persona común y corriente que lucha por seguir haciendo lo que le gusta”, expresa.
Hoy saborea del éxito con su pareja y su hijo Constantino, que le cambió la vida. “Definitivamente me hizo enfocarme en mis metas con mayor determinación, me impulsó a no relajarme sino a estar siempre en movimiento, trabajando y generando cosas para estar vigente. Me hizo más responsable y más paciente”, asegura la cantante.