Los autobuses, que viajaban escoltados por la Policía, fueron acribillados con metralletas desde ambos lados de un camino del condado de Mandera, en la frontera con Somalia.
La mayoría de víctimas mortales y heridos viajaba en el segundo autobús, que quedó parado en mitad de la emboscada, mientras que el primer conductor consiguió acelerar y huir.
Ayer, las autoridades locales prohibieron viajar en autobús a los no residentes hasta que finalice el ramadán debido a la extrema peligrosidad de estas carreteras, donde los atentados del grupo terrorista somalí son frecuentes.
La Policía sospecha que este ataque podría estar relacionado con el asalto a un vehículo policial ocurrido la pasada semana en este mismo condado, donde un comando yihadista mató a cinco agentes y se apoderó de fusiles de asalto y una notable cantidad de munición.
El ataque a los autobuses se ha convertido en una acción recurrente en esta zona del país, donde más de 50 personas han sido asesinadas en emboscadas similares.
Al Shabab ha matado a cerca de 500 personas en Kenia desde abril de 2013 en represalia por el envío de tropas a Somalia para combatir el yihadismo.
El grupo terrorista, que se adhirió formalmente a Al Qaeda en 2012, lucha para imponer un Estado islámico de corte radical en Somalia.
