12 sept. 2025

Afuera una tormenta de nieve, adentro una tormenta de sangre

Foto: UH Edicion Impresa

Foto: UH Edicion Impresa

Por Sergio Cáceres Mercado

caceres.sergio@gmail.com

Otra vez el western atrapa a Tarantino. Pero ¿todas las anteriores acaso no lo fueron? El género tiene muchas características, y una de las principales es ser un minilaboratorio para recrear al ser humano en ambientes fuera de la ley. El director explota al máximo esta opción, pero también continúa su reflexión sobre el racismo contra los afroamericanos en la Norteamérica de la posguerra civil.

Con la estética, el tempo y la narrativa por capítulos que Tarantino nos acostumbró, los ocho personajes se encuentran encerrados en una mercería que sirve al mismo tiempo de posada. Una tormenta de nieve los obliga a convivir sin poder cada uno seguir su camino. Los capítulos 1 y 2 nos presentan a los cazarrecompensas y una prisionera, y luego en el 3 los vemos llegar a la mercería, y desde ese momento la tensión y los diálogos serán cada vez más interesantes.

Uno de los que estaban ya en la mercería es un ex general sureño, quien como varios otros no tiene problemas en mostrar su desprecio por la raza negra. Uno de los cazarrecompensas es negro, lo que ya permite adivinar hacia dónde irá la cosa. Reflexiones sobre la justicia, una carta del presidente Lincoln y un humor ácido complementan las escenas. Cada personaje tiene una historia detrás, y la película se toma su tiempo para dedicarle al menos algunos minutos a conocerlo. Los acentos, las inflexiones de voz, la ambientación, el vestuario, todo está milimétricamente estudiado y colabora a que la atmósfera sea aún más perfecta.

Sabemos que Tarantino se toma su tiempo para que lleguen las escenas de violencia, pero cuando llegan lo hacen como una tormenta arrolladora. Es absurdo a estas alturas advertir al espectador que se puede encontrar con violencia sanguinaria. La de Tarantino es muy particular y sus seguidores lo saben. Cuando la sangre inunda, hay un corte para ir al capítulo 4 y conocer al resto de los ocho odiosos. El capítulo 5 vuelve a la historia original y da cierre a la película. Así, la narración discontinua que tanto gusta a los guiones de Tarantino, una vez más se hace presente.

Todos los actores de Tarantino están ahí y cada uno es más genial que el otro, pero hay que decir que Jennifer Jason Leigh está fantástica, y que Tim Roth fue dirigido en un rol que evidentemente fue escrito para Christoph Waltz. Nadie defrauda en sus respectivos papeles.

El tema racial sigue presente y una vez más se mete el dedo en la llaga de la historia de Estados Unidos, a través de una simple historia, unos cazarrecompensas, militares y bandoleros que por la fuerza de la naturaleza deben convivir por unas horas en una posada/mercería. Por un lado, la estructura de sus películas empieza a ser repetitiva, y Tarantino quizá deba ir pensando en nuevas fórmulas. Por el momento, vuelve a ofrecernos una cinta poderosa con actuaciones geniales y que seguro se hará sentir en los festivales de cine del mundo.

Calificación: **** (muy buena)