El análisis indica que la contaminación se debe a “la gran demanda de electricidad de los servidores de los que dependen los portales de internet”, ha explicado a Efe el responsable de contenidos del portal, Josep García.
Cada vez que el usuario cambia de pestaña “está pidiendo información al servidor”, por lo que este consume electricidad para gestionar la petición y devolver los datos necesarios que permiten navegar por la página.
Es el caso, por ejemplo, de Netflix que, debido a la amplitud de sus contenidos y su elevado número de usuarios, genera más de 24.000 toneladas de carbono anualmente. El sitio con mayor huella de carbono le corresponde a YouTube, ya que, con millones de vídeos, transmisiones en vivo o reproducción de temas musicales, dispara su aportación hasta las 702.000 toneladas anuales. EFE