“Existen atrasos relativamente importantes. Vemos con cierto optimismo los pagos que se hacían, pero ahora han cesado y la deuda supera los 100 millones de dólares”, dijo Recalde tras reunirse con el presidente Horacio Cartes, en Mburuvicha Róga.
El ingeniero señaló que esta deuda es “relativamente importante” y que todavía queda un pago pendiente correspondiente al 2015. “Es una deuda que mantiene el Gobierno argentino por la energía que el país cede”, explicó.
La Entidad Binacional Yacyretá (EBY), lado argentino, informó que, en agosto pasado, la producción de energía llegó a 1.809.751 megavatios/hora (MWh). De ese total, 1.661.808 MWh (el 92%) se enviaron a Argentina, mientras que los 147.943 MWh restantes (el 8%) alimentaron el territorio paraguayo.
El atraso en los pagos por cesión de energía comenzó en la última etapa del gobierno de Cristina Fernández. En el 2015, antes de dejar el poder, su administración solo transfirió USD 20 millones, en cuatro cuotas de USD 5 millones cada una, por la cesión de 2014.
En mayo de este año había cancelado su compromiso del 2014 y el saldo (USD 2,8 millones) fue utilizado para abonar el pasivo del año pasado, lo que finalmente dejó la cifra en USD 70 millones, según informes recogidos por Última Hora.
Centro de formación
El titular de la EBY también informó que en febrero del año próximo se inaugurará un Centro de Formación de Técnicos en el complejo habitacional G 4, perteneciente a la EBY, ubicado a unos 5 km de la represa Yacyretá (Ayolas).
“Por lo menos vamos a comenzar con 300 alumnos el próximo año. Se va a crear una fundación que integre a todas las empresas que intervendrán, de tal manera a que podamos tener un centro de formación de técnicos de altísimo nivel”, comentó.
Aseguró que la edificación tendrá capacidad para reunir a 1200 estudiantes y la inversión inicial sería de 8 millones de dólares destinados a materiales didácticos e infraestructura.
Planilleros
Al ser consultados sobre la existencia de planilleros en la EBY, Recalde afirmó que estos “no existen” y que, sin embargo, es “muy difícil definir en poco tiempo el rendimiento” de cada uno de los empleados.
“No tenemos planilleros. La gente está en su lugar de trabajo. Hay una realidad de que nosotros tenemos más funcionarios de los que precisamos, entonces no podemos decir que todos estén con una carga laboral intensa”, aseguró.
Indicó que a los efectos de controlar las funciones de los empleados se realizarán grabaciones en video para registrar la entrada y salida de los mismos.