Por pa’i Oliva | oliva@rieder.net.py
Es pasar de la muerte a la vida. Ayer celebrábamos cómo Jesús muerto, Dios lo resucitó.
Pero, además de la resurrección sobre la muerte, de la que todos vamos a participar, la resurrección se da en cosas pequeñas aquí todavía en la tierra. Tanto se da que la misión del creyente en el Dios de Jesús es impulsar comenzando su cielo aquí abajo.
Y todo este se da en detalles que parecieran insignificantes.
El paso de una depresión profunda a un equilibrio interior que nos lleva a sentirnos felices y con autoestima, es un tipo de resurrección.
El paso de una esclavitud social, sexual, económica o política a un estado propio de hombres y mujeres libres, es otro tipo de resurrección.
El paso de la ignorancia, analfabetismo, fundamentalismo, sectarismo, a una amplitud de pensamiento para seguir creando la tierra, es otro tipo de resurrección.
El paso de no tener por años un trabajo digno a tenerlo y poder edificar sobre él una familia, es otro tipo de resurrección.
Pero entendamos algo ya dicho. Más que resurrección debiéramos de llamarla resucitación. Porque en todo esto es alguien el que hace resucitar.
En la resurrección después de la muerte de Jesús y en la nuestra, será Dios el autor de ella. En las resurrecciones, pequeñas o grandes de la tierra a una calidad de mejor de vida, cada uno de nosotros somos los autores, Es la misión encomendada por Dios...