Se nota todavía que predomina más el ganar que el dar la solución, o principio de solución, a este Paraguay como nación profundamente dividida en la clásica minoría que cada día mucho más y la mayoría que cada día tiene menos.
Y ya no es suficiente como respuesta la afirmación de que falta salud, educación vivienda justicia y trabajo. Y hay que llagar al karaku de por qué falta todo eso.
Y no tenerle miedo a descubrir que las bases de convivencia nacional están podridas. Y no tenerle miedo a organizaciones políticas, partidos, acostumbrados a delinquir y con eso a enriquecer al máximo a sus cúpulas.
Y no tenerle miedo a la confusión reinante entre los tres poderes en manos del poder económico nacional o extranjero.
Y no tenerle miedo cuando los “amos” de todo lo anterior criminalicen cualquier acto de protesta social claramente permitido por los DDHH y nuestra Constitución.
Han convertido al Paraguay en un basural socio-político-económico y no va a ser fácil limpiarlo.
En esta búsqueda de saber y organizarnos para lo que necesita el Paraguay, deben participar no solo los que ganaron las internas, sino todo el pueblo paraguayo.
Campesinos y citadinos, empresarios patriotas, intelectuales y trabajadores, indígenas, mujeres y juventud…
Ha llegado la hora de reunirnos y decir públicamente las causas del mal que padecemos.
Enero, febrero y marzo han de ser meses de confrontación de ideas para que de allí nazcan los planes políticos que los lleven a cabo. Y de acuerdo a esto elegir y votar a los políticos que mejor puedan realizarlos.
No podemos perder la ocasión de estas elecciones de abril.
El Paraguay nos necesita a todos. Es deber responderle con compromiso.