El presidente de China, Xi Jinping, llegó ayer a Corea del Norte en el inicio de una visita de Estado que busca reforzar la alianza bilateral, en momentos en que el acercamiento entre Kim Jong Un y Donald Trump parece diluirse.
Xi fue acogido con mucho entusiasmo en el país aliado. Según la televisión china CCTV, centenares de miles de personas lo acogieron a su paso por Pyongyang junto a su homólogo Kim Jong Un en una limusina descapotable.
Ambos posaron frente a las banderas de los dos países antes de sentarse a hablar en torno a una mesa, acompañados por sus delegaciones, enfocados en el programa nuclear norcoreano, que aísla al régimen de Kim a nivel internacional. Pekín, que aplica las sanciones internacionales, sigue siendo el único aliado importante de Pyongyang.
Xi aseguró a su anfitrión su beneplácito por los esfuerzos de Corea del Norte para mantener la paz y la estabilidad en la península de Corea y promover su desnuclearización, según informes de CCTV.
La tensión entre este país y el resto del mundo se redujo drásticamente el año pasado, tras haber alcanzado su nivel máximo a raíz de las pruebas nucleares y los misiles disparados por el régimen de Pyongyang. Pero la histórica cumbre Kim-Trump en Singapur en 2018 bajó la presión sobre éste. Hacía 14 años que un presidente chino no visitaba Corea del Norte. AFP