En su libro Memorias de Wasmosy, el ex mandatario durante el periodo 1993-1998 revela detalles de los sucesos más importantes acaecidos en aquella época y aseguró que una de las funciones más difíciles que le correspondió ejercer fue el de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, por su carácter de civil, y su disputa con el extinto general Lino Oviedo.
Wasmosy dice en sus memorias que Oviedo intentó siempre inmiscuirse en cuestiones relativas a sus funciones gubernativas. En ese sentido, expone en el extenso escrito todo lo relativo a las peleas que mantuvo con el ex líder del Unace y las constantes crisis derivadas de dicha disputa, que pusieron en vilo al país en aquella época.
“Estando ya vigente la ley que prohibía a los miembros de las FFAA actuar en política, Oviedo continuaba haciéndolo, por lo que le pasé a retiro, fui consciente del peligro que esas actitudes representaban”, menciona.
La gota que colmó el vaso fue el interés de Oviedo en formar parte de la licitación para la construcción del segundo puente sobre el río Paraná y el supuesto complot de este para que el Congreso rechazara el proyecto, situación que enojó al país vecino. Por este tema, Wasmosy decidió pasar a retiro a Oviedo, lo que luego desencadenó en un intento de golpe de Estado en abril de 1996, revelando la amenaza del ex general de que correrían “ríos de sangre” por esta determinación. “Yo también estuve en la lista de los que debían desaparecer”, revela Wasmosy.
Dijo que tras la alerta de que corría riesgo de muerte los policías allanaron una casa ubicada frente a Mburuvicha Róga, que estaba alquilada, donde se encontró un arma con mira telescópica y una radio walkie talkie encendida que daba directo al lugar donde él abordaba el vehículo que le transportaba al Palacio.
“Pero esa no fue la única vez que estuve amenazado. Habiendo ya salido de gobierno, algo igual a lo que pasó con el doctor Argaña me iba a ocurrir el mismo día y a la misma hora; es decir, el 23 de marzo de 1999”, comenta.
El libro. La historia de vida del ex presidente de la República se narra en dos tomos; el tomo I, con 340 páginas, y el tomo II, con unas 508 páginas. En ambos se cuentan los acontecimientos más importantes desde su nacimiento hasta su desempeño como presidente del Paraguay.
El libro aborda su gestión gubernamental con detalles hasta ahora poco conocidos, sobre temas claves de la crisis financiera o militar, así como los logros que se alcanzaron en el marco del pacto de gobernabilidad y realizaciones en varios campos, dentro del país y en el contexto de las relaciones internacionales.
En la segunda parte del libro se expone la vida política de Wasmosy, narrando desde su participación en el golpe de Estado que derrocó al Gral. Alfredo Stroessner como uno de los participantes civiles, su participación como miembro del Consejo de Estado cuando no existía el Congreso Nacional. También describe su paso como ministro de Integración, después la firma del Tratado de Mercosur y cuando fue candidato a presidente de la República, y lo posterior a la Presidencia.
El libro cuenta con algunos testimonios claves que se incorporan, como el del general Regis Romero, que era brazo derecho del Gral. Andrés Rodríguez, que narra con lujo de detalles cómo se le eligió a Wasmosy como candidato a presidente, y la enemistad entre Rodríguez y el ex vicepresidente Luis María Argaña y sus entretelones.
Social. En otro apartado, Wasmosy aseguró que la problemática social que se vio forzado a enfrentar durante su gobierno “no se creó bajo mi gobierno ni bajo el de Rodríguez; fue una herencia del esquema anterior que durante muchos años postergó esos problemas escondiéndolos sin buscarles una solución. Sin embargo, la explosión de los mismos se dio bajo nuestras administraciones”.
Dijo no arrepentirse de nada y pidió disculpas por haber sido un “ignorante” y no haber sido nunca un funcionario público antes de ser presidente.
Wasmosy expresó además a la 1080 AM que uno de sus legados es la conformación de la Justicia Electoral, que con la Corte “es la base de la democracia”. El libro ya fue lanzado oficialmente y en el evento asistieron personalidades y autoridades.
Lino Oviedo quería ser presidente, pero esa ambición chocaba con un obstáculo: casi toda América Latina.
Yo estuve en la lista de los que debían desaparecer así como Argaña ese mismo día, se comprobó eso. Juan Carlos Wasmosy, ex presidente.