Verónica Segovia, del grupo Kolping, señaló que las basuras obstruían el paso del agua y que además las contaminaban el arroyo, por lo que unieron fuerzas para limpiarlo.
Seis meses de organización por parte de los jóvenes voluntarios bastaron para conseguir el apoyo de autoridades, empresarios, bomberos, militares, entre otros, que donaron lo necesario para llevar a cabo la idea. “Encontramos todo tipo de basuras como bolsas de polietileno, cubiertas, botellas, plásticos y hasta víboras que se escondían en las malezas”, indicó la joven.
Segovia calificó la actividad como exitosa, ya que a pesar de la inestabilidad climática, centenares de voluntarios se unieron a la causa para preservar el medio ambiente.