Puntos de atención. El hacinamiento y las malas condiciones de salud, como se dan en los refugios de damnificados, contribuyen a la aparición del virus de boca, manos y pies, que afecta principalmente a los niños. Se trata de una especie de llagas que pueden llegar a infectarse con el rascado y también produce fiebre, pérdida de apetito y otros síntomas. (ver info).
Generalmente, este problema se presenta en menores de cinco años. Sin embargo, también puede aparecer a otra edad. “Inclusive se ha visto en adolescentes”, menciona el doctor Ricardo Iramain, jefe de Emergencias Pediátricas del Hospital de Clínicas.
“El hacinamiento es una de las causas que propician su aparición. El contagio se da por tocar las lesiones”, explica el pediatra. Las condiciones de vida insalubres, como las que se dan en los refugios de damnificados, contribuyen a la aparición de este problema.
Iramain comenta que de las 150 consultas diarias que llegan a Urgencia pediátrica de Clínicas, el 30% corresponde a niños afectados por el virus de boca, manos y pies. “Estamos viendo un aumento muy considerable de estos casos. Generalmente se ve más en esta época del año. Pero también en las otras estaciones”.
COMPLICACIONES. El rasgo más visible de la enfermedad son las pequeñas ampollas que se presentan en la piel y pican mucho.
Al producirse esta reacción, los niños las tocan con las manos, que generalmente no están limpias, al rascarse. Esto genera una sobreinfección bacteriana. “Esta es una de las complicaciones”, describe.
Al aparecer en la boca, esas ampollas impiden que el niño pueda alimentarse e ingerir líquido. “Que el niño no pueda ingerir líquido, preocupa a los pediatras, ya que podría derivar en una deshidratación. Incluso deben internarse y se le debe poner suero intravenoso”.
Si el niño no quiere ingerir líquidos, tiene dolor de cabeza y aparecen las llagas, los padres deben llevarlo a la consulta, recomienda.
