En los últimos cuatro meses el MEC ya registra 400 denuncias de casos de violencia, acoso o abuso sexual en las instituciones educativas.
El Paraguay otra vez tiene la menor inversión en salud mental en toda la región, así como apenas invierte en educación en comparación a los otros países, cuenta Yanin Barreto, estudiante de Sicología de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y miembro del CEPC. Esta inversión ronda el 1,2% de todo el presupuesto general de salud cuando en el norte de Europa llega al 20% y en otras naciones vecinas llega al 2,1%.
Son tres los ejes para atender el crecimiento de la violencia en el ámbito educativo, agrega la universitaria. La situación actual que genera esta violencia, la cantidad de expertos en salud mental que tiene la cartera educativa y la capacitación al plantel docente.
Cultura. Esta formación docente es importante por una cuestión cultural también, dice Cecilia Ceitz, estudiante de Sicología Clínica de la UNA.
“Si les das la oportunidad a algunos docentes, de que les peguen a los alumnos como antes, lo van a hacer”, lamenta la joven.
También explica que ante el desconocimiento del protocolo vigente para los casos de violencia escolar, las directoras recurren al Minna y no al MEC. “Al final, por una buena intención, terminan sumariadas”, expresa.
Denuncia que años atrás, el MEC acordó formar en salud mental a docentes con una organización religiosa y no con sicólogos.
“No se puede aceptar que el MEC solo tenga 113 sicólogos para 8.000 escuelas. Encima otros 400 que son de primera infancia están por ser desvinculados, hay solo promesas”, agrega.
La cultura de la violencia se da a nivel general y eso se replica en las instituciones educativas. No hay formación.
Cecilia Ceitz,
miembro del CEPC.