“Esa prohibición regía solo para las mujeres y obedece a un criterio de determinación de la paternidad que está totalmente superado por la ciencia y por el progreso”, aseveró el mandatario. El impedimento buscaba esgrimir confusiones con respecto a la paternidad de los posibles hijos que se tuvieran durante el segundo matrimonio y obligaba a las mujeres a esperar 270 días antes de volver a casarse, el equivalente al tiempo de gestación promedio, 9 meses. La norma abolida, considerada como anacrónica, tanto por el oficialismo como por la oposición, estuvo vigente durante 160 años, incluso tras la esperada legalización del divorcio, que llegó a Chile en 2004.
El país fue el último de la región en permitir el derecho al divorcio tras el fracaso de numerosas iniciativas presentadas a lo largo de 120 años.
El texto de la norma actual determina que si la mujer contrae sucesivamente 2 matrimonios y da a luz un niño después de celebrado el segundo, se presumirá hijo del actual marido, cualquiera sea el plazo que haya transcurrido desde la disolución del primer matrimonio. En el mismo acto se promulgó otra ley que permite extender, durante el tiempo que dure el estado de excepción, el fuero maternal, norma que evita despidos de mujeres desde que se quedan embarazadas y hasta un año después. EFE