Venezuela está aumentando la presión sobre proveedores de combustible para que entreguen sus cargamentos a la petrolera estatal, incluso, si no se han resuelto problemas con los pagos en medio de las sanciones de Estados Unidos, mientras los clientes europeos han pausado sus compras.
Los inventarios de combustible de Venezuela han ido disminuyendo esta semana debido a que las refinerías locales producen poco y PDVSA enfrenta complicaciones relacionadas con las nuevas sanciones de Estados Unidos que buscan obligar al presidente Nicolás Maduro a que deje el poder.
El jueves, la policía de inteligencia y la Guardia Nacional de Venezuela amenazaron con abordar un tanquero atracado en el puerto de Cardón, en la costa occidental de Venezuela, para presionar a la tripulación a descargar diésel vendido por el refinador estadounidense Citgo Petroleum y que aún no había sido pagado.
La tensión se disipó después de que PDVSA dijo a la tripulación que buscaría una orden judicial para conseguir la descarga de los suministros, pero subraya el creciente nerviosismo por las necesidades de combustible en el país.
Según algunas estimaciones, Venezuela tiene menos de dos semanas de inventarios de gasolina y diésel, en momentos en que ya se están formando filas en las estaciones de combustible.
Los suministros esperan frente a los puertos de PDVSA un total de más de dos decenas de tanqueros que almacenan casi 18 millones de barriles de crudo. Los cargamentos varados incluyen embarcaciones que debían transportar el crudo a clientes en EEUU. REUTERS