Pregunta: Yo soy panchero, doctor, y le conozco. ¿Qué es lo que voy a hacer con la reforma tributaria? Nunca estuve inscripto. No sé ni a dónde ir. Qué comprobantes voy a usar. Dónde voy a guardarlos. Quién va a hacer todo eso mientras vendo. Y después, cómo voy a saber el impuesto. Dónde voy a pagar. Qué es lo que voy a pagar. Y si no tengo que pagar nada? Y quién me va a investigar a mí. Demasiado poco es mi negocio. ¿Por qué nos pone usted encima este problema? Somos muchos así y no tenemos nada. ¿Por qué no se le cobra a los más grandes? ¿O a los manguruyuses!
Respuesta: Gracias por enviarnos ese mensaje. Realmente es bueno que haya escrito porque hay muchísima gente en su misma situación y muchos o casi todos piensan lo mismo. Voy por partes.
Usted tiene que saber que la reforma tributaria está vigente, nos guste o no nos guste, que en determinadas circunstancias hay que pagar ciertos impuestos y que la evasión es un delito. Es decir, nos pueden castigar por no cumplir nuestras obligaciones tributarias. A veces, las sanciones son solamente dinero: nos hacen pagar los impuestos adeudados más multas, recargos, intereses, etc.
A veces, si el delito es mayúsculo o reiterativo, hasta nos pueden enviar a la cárcel. Esto es lo que se llama sanciones penales. En su caso, como es un vendedor ambulante de poco capital y pocas ventas, usted no corre ningún riesgo con las sanciones penales y es probable que tenga la suerte de que nadie se ocupe realmente de usted, ni un inspector de Hacienda ni un fiscal de delitos económicos. ¡Menos mal!
También tiene que saber que el impuesto a la renta al pequeño contribuyente ya está vigente bajo este mismo nombre desde el 1 de enero de este año y que anteriormente usted ya hubiese tenido que estar registrado en el Tributo Único. ¿Cómo de pequeño es realmente su negocio?
Desde el primer momento en que usted produce y vende algo, usted tiene que pagar impuestos, aunque la actividad de su negocio sea pequeña y usted no tenga mucho que declarar porque sus ventas son de importes menores.
Mi opinión es que a usted le conviene ir a la Subsecretaría de Tributación, declarar que va a “abrir un negocio de vendedor ambulante” y que se quiere registrar. Usted probablemente no haya llamado la atención y podrá hacer su inscripción como si fuera que usted va a abrir su negocio recién ahora.
El problema que veo yo para usted es superable, pero necesitará tiempo y paciencia. Como usted no está acostumbrado a las formalidades tributarias, todo le resultará, al comienzo, difícil. Va a tener un RUC, siglas que vienen de Registro Único de Contribuyentes, que es su cédula tributaria, algo así como la cédula de identidad del contribuyente. Y para empezar bien, no estaría de más que alguien le explique lo que son los comprobantes legales (para sus compras y para sus ventas), así como las declaraciones juradas, cómo se calcula el impuesto al valor agregado IVA y otras formalidades totalmente nuevas para usted. Pídale ayuda a un contador.
Si su negocio es tan pequeño como usted dice, probablemente el contador no le cobre nada por la información. Sin embargo, si su negocio es relativamente grande, le recomiendo que se formalice cuanto antes y el contador probablemente quiera cobrarle algo por su asistencia.
CRECIMIENTO. Le puedo asegurar que la Subsecretaría de Tributación está cobrando impuestos también a negocios más grandes que el suyo, tanto a los medianos como a los grandes. Y cada vez hay más contribuyentes. Hoy en día son ya alrededor de 400.000 y hace cuatro años eran apenas 250.000. Es difícil en el presente tener un negocio, más o menos mediano, más o menos grande y que pueda vivir totalmente en la clandestinidad.
Lo que mucha gente hace es registrar una parte de sus negocios y seguir sin registrar la otra parte. Hoy en día no estoy recomendando a nadie de esas magnitudes seguir sin registrar sus actividades porque el costo de las sanciones es mucho mayor que lo que finalmente se paga en Hacienda. A menos, desde luego, que el contribuyente prefiera seguir en la clandestinidad y asumir los riesgos del caso.
Pero le tengo que reconocer que es más fastidioso como pequeño contribuyente estar inscripto en Hacienda. Entonces, empiezan todas las obligaciones tributarias y los plazos a tener en cuenta. Creo que los pequeños negocios que facturan anualmente menos que 12 (doce) salarios mínimos mensuales hubiesen tenido que estar liberados de impuestos.
Dr. Ricardo Rodríguez Silvero