En Soweto, en un arrabal cerca de Johannesburgo, 15 personas –de ellas, mujeres– murieron cuando los atacantes abrieron fuego contra una multitud que se divertía, en la noche del sábado al domingo.
En tanto, en Pietermaritzburgo, en el este del país, en la región zulú, varios hombres abrieron fuego de forma indiscriminada en una taberna, lo que dejó cuatro personas muertas.
La similitud del modo de operar intriga a los investigadores, pese a que los tiroteos son habituales en Sudáfrica, uno de los países más violentos del mundo, alimentado por la violencia de las bandas y el alcohol.
“No podemos permitir que criminales violentos nos aterroricen de esta manera”, dijo el presidente Cyril Ramaphosa en un comunicado. Estas muertes violentas son “inaceptables y preocupantes”, añadió, ofreciendo sus condolencias a las familias.
En la tragedia de Soweto, ubicada al suroeste de la capital económica sudafricana, la policía recibió una llamada un poco después de la medianoche.
“Cuando llegamos al lugar había 12 personas muertas por heridas de bala”, indicó Nonhlanhla Kubheka, comandante de la policía local.
Once heridos fueron transportados a un hospital, donde tres sucumbieron a sus heridas, dijo la policía. AFP