Una persona puede ingerir y respirar entre 70.000 y 121.000 partículas de microplásticos al año, cuyos efectos sobre la salud aún no están claro, según un estudio que publica Environmental Science and Technology.
Los microplásticos son pequeños trozos, a veces microscópicos, que surgen de productos más grandes debido a su degradación en el medio ambiente.
Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo científico de la universidad canadiense British Columbia, cuyos datos se refieren al estadounidense medio, y en el que han analizado la cantidad de microplásticos encontrados en una serie de alimentos.
Los expertos revisaron 26 estudios previos que analizaban las cantidades de partículas de microplásticos en más de 3600 muestras de pescados, mariscos, azúcares añadidos, sal, alcohol, agua, tanto en botella como del grifo, y aire.
Luego evaluaron qué la cantidad aproximada de esos productos consumen hombres, mujeres y niños, para lo que se basaron en la ingesta dietética recomendada en la Guía Alimentaria para Americanos 2015–2020.
A partir de ese análisis, la ingesta estimada de microplásticos es de entre 39.000 y 52.000 partículas al año, dependiendo de la edad y el sexo.
Estos niveles aumentan entre 74.000 y 121.000 partículas anuales si se considera además la inhalación a través del aire, indica el informe.
Aquellos que beben solo agua embotellada pueden llegar a ingerir 90.000 partículas adicionales al año en comparación con las 4000 de los que la consumen solo del grifo. EFE