10 feb. 2025

Un vistazo detrás de la cortina

Fernando Boccia Torres – fernando-boccia@uhora.com.py

Las grabaciones son obscenas, casi pornográficas. La risa desencajada de un hombre que se jacta de haber llevado más dinero de lo que le correspondía en una repartija de coimas. Las conversaciones de un abogado liberal y un funcionario colorado, unidos por el tráfico de influencias en una asociación criminal más peligrosa que cualquier gavilla de asaltantes. La candidez de un senador –y entonces presidente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados– al anunciar que “quiere hacer mierda” a una jueza que quiso hacer cumplir la ley, para que aprenda a respetarlo.

Pocas veces el mundo judicial se vio tan convulsionado como en las últimas semanas. La filtración a la prensa de grabaciones de llamadas telefónicas del ahora ex secretario general del Jurado de Enjuiciamiento movió como nunca antes el avispero. Ahora jueces, abogados, fiscales y políticos se muerden las uñas ante el peligro de que nuevas filtraciones sean publicadas y alguno de ellos sea salpicado por esta tormenta que exhibió a nuestras instituciones judiciales como lo que realmente son: una farsa.

La reacción parlamentaria fue lenta, pero finalmente arrancó y ahora amenaza con ser contundente. Ahora Óscar González Daher se arriesga a quedar en la historia. No como un importante dirigente de Luque que acumuló poder en el fútbol, la Justicia y otros ámbitos, sino como el primer congresista en perder la investidura. Parte de su triste legado será también haber influenciado en algo las elecciones internas de su partido y convertirse en el más grande espantavotos que haya visto la política nacional en los últimos años.

Quizás González Daher sufra una derrota esta vuelta, pero las grabaciones de las llamadas telefónicas filtradas a la prensa también dejan en claro que el esquema de tráfico de influencias, apriete y prevaricato que rigen los hilos del Poder Judicial se extienden más allá de un nombre. El senador luqueño fue puesto en el Jurado de Enjuiciamiento por Horacio Cartes y su designación no fue una cuestión casual. Antes, hubo otros que manejaban a su antojo a fiscales y jueces y después de él, probablemente, también lo habrá.

Estas grabaciones son apenas una ojeada a lo que ocurre detrás del telón, el lugar al que solo llega un puñado de privilegiados que dirigen los destinos del país y que la prensa raras veces puede exponer. Hablar de la necesidad de cambios estructurales es evidente. Sin embargo, ¿qué tipo de reforma podemos esperar de la misma clase política en la que González Daher reinó durante tanto tiempo? El vistazo detrás de la cortina nos deja una certeza: que estamos más jodidos de lo que creíamos.