14 feb. 2025

Un repentino infarto provocó la muerte de Augusto Pinochet

Cuando parecía recuperarse de un grave problema del corazón y de un edema pulmonar, el militar golpista que impuso mano de hierro en Chile sufrió una repentina descompensación que le produjo la muerte.

EFE
Santiago de Chile
El ex dictador Augusto Pinochet, paciente de varias dolencias crónicas que le permitieron eludir los tribunales de Justicia desde 1998, murió ayer de un fallo cardiaco, ocho días después de sufrir un infarto de miocardio.
El doctor Juan Ignacio Vergara, jefe del equipo médico que atendía a Pinochet, informó que el ex dictador sufrió un fallo cardiaco que no pudo ser superado pese a que se le practicaron varios intentos de reanimación.
Hace ocho días, el sábado día 2, Pinochet, que tenía 91 años, sufría un infarto y un edema pulmonar, la afección de salud más grave que había padecido.
Todo indicaba que había llegado la última hora del general que encabezó la dictadura militar en Chile entre 1973 y 1990, porque los médicos dijeron que se encontraba con “riesgo vital” y que así sería durante unas 48 horas.
Los siguientes días la recuperación de un paciente tan grave y anciano pareció asombrosa, ya que el día 4 los médicos declaraban una “normalización” de los parámetros clínicos de Pinochet.
Sin embargo, la página web del hospital remitió ayer la inesperada noticia: “El hospital Militar de Santiago comunica el sensible fallecimiento del ex presidente de la República y ex comandante en jefe del Ejército, general Augusto Pinochet Ugarte”.
“A las 13.30 horas el paciente sufrió una inesperada y grave descompensación que obligó a su traslado en estado crítico a la Unidad de Cuidados Intensivos, donde se aplicaron todas las medidas médicas de resucitación, no lográndose la respuesta médica positiva, falleciendo a las 14.15 horas”.
NO TENDRÁ HONORES DE ESTADO. El Gobierno chileno confirmó luego que el ex dictador no tendrá honores de Estado. La presidenta Michelle Bachelet, una de las víctimas de la dictadura de Pinochet, decidió no obstante autorizar la bandera a media asta en los recintos del Ejército y unidades militares del país.
Mientras tanto, el Ejército anunció en un comunicado que mañana al mediodía se celebrará en la Escuela Militar “una misa exequial y al término de ésta se efectuarán los honores fúnebres en el patio de honor del instituto”.
El cadáver de Pinochet fue trasladado anoche a la Escuela Militar, en cuyo salón central se instaló la capilla ardiente, donde se oficiarán responsos y misas.
La capilla ardiente sólo podrá ser visitada por la familia y la alta oficialidad del Ejército.

SERÁ CREMADO. Los restos de Pinochet serán cremados y sus cenizas se entregarán a sus familiares. Todos los recintos militares chilenos arriaron ayer el pabellón chileno a las 18.00 horas, tras la muerte del ex dictador.
Pinochet murió el mismo día en que su esposa, Lucía Hiriart Rodríguez, cumplía su 84 cumpleaños.

Derrocó a Allende en 1973
Augusto Pinochet gobernó 17 años tras derrocar hace 33 al socialista Salvador Allende.
El 11 de setiembre de 1973 Pinochet instaló cruentamente en Chile una dictadura que rompió 150 años de historia republicana y cambió la vida de sus habitantes.
En menos de un mes, todas las instituciones democráticas se extinguieron a fuerza de bandos militares y decretos.
El mismo día del golpe, mientras Salvador Allende moría en La Moneda, los comandantes en jefe se constituyeron como Junta Militar, declararon el país en “guerra interna” y decretaron el estado de sitio, que se prorrogó, salvo breves paréntesis, hasta 1987.
Augusto Pinochet, José Toribio Merino, Gustavo Leigh y César Mendoza asumieron así el poder total ante un país estupefacto, dividido y atemorizado.
Disolvieron el Congreso, proscribieron los partidos políticos y los registros electorales fueron incinerados, controlaron las universidades y la cultura sufrió un violento “apagón”, que se encendería nuevamente, poco a poco, a contrapelo de la represión y la censura.

La frase
“Los ponemos (a los integrantes del Gobierno derrocado) en un avión y en el camino los van tirando para abajo.”
Augusto Pinochet