Nota: David “Awa” Duarte Chilavert
Fotos: José Bogado/David “Awa” Duarte.
Publicado en “Don Balón”, el 18 de enero de 2010
Gran parte de la historia está escrita de tradiciones, costumbres y hechos de la vida. Muchos de nuestros estadios de fútbol tienen anécdotas que los hinchas no llegan a conocer. En una ocasión, el autor del libro El fútbol a sol y sombras, Eduardo Galeano, preguntó: "¿Ha entrado usted, alguna vez, a un estadio vacío?” Quizás la respuesta para varias personas fanáticas de este deporte sea: nunca. Esta frase denota que cada cancha tiene algo que contar y ver. Algo diferente sobre qué hablar.
CERRO PORTEÑO, UN ESTADIO MONUMENTAL. Más conocido como la Olla, el estadio del club Cerro Porteño lleva el nombre de Pablo Rojas, uno de sus presidentes más recordados. Esa cancha guarda varias historias, solo las personas que viven en el club nos pudieron contar cada detalle de esta cancha tan popular, como su hinchada misma. Hace 15 años que Ramón Igarza vive y siente la institución. Él nos habla de la cancha del Ciclón como una de las primeras en tener lumínica en nuestro país.
El estadio está ubicado en una de las zonas más tradicionales de Asunción: Barrio Obrero. La que hoy es conocida como la Ollita, en principio fue sede de los partidos del azulgrana. En 1976, se construye lo que es ahora la cancha oficial del club. En ella se diputaron grandes partidos internacionales y hasta se llegó a jugar la Copa América en 1999. Un par de meses atrás, se terminó lo que vendría a ser la zona sureste de las gradas. En la actualidad, la Olla puede albergar a más de 25 mil hinchas en sus gradas.
Una anécdota simpática de comentar se da alrededor de los 60, cuando el padre de Osvaldo Domínguez Dibb alquiló el bingo y el cine que formaban parte de la institución de Barrio Obrero. Este dirigente fanático fue presidente del Olimpia por mucho tiempo. El ex presidente así como su hermano, Humberto, iban al club azulgrana para practicar básquetbol. Lo curioso de la vida... dos fanáticos olimpistas jugando en la cancha del equipo archirival del Rey de Copas. Pero lo concreto de todo esto es que a la falta de una historia copera, Cerro Porteño tiene cosas que mostrar y que contar, la de su estadio.
PARA UNO, PARA MUCHOS... Olimpia tiene 107 años de vida. La cancha del Decano es aún joven. Se comenzó a construir en 1962 y se terminó en junio del 65. Con apenas 45 años de vida, el estadio vio pasar muchos jugadores y recibió muchas copas. Lleva el nombre de Manuel Ferreira, uno de sus presidentes más recordados y el que inició la construcción de dicho lugar peloteril.
Javier Ruiz, superintendente del club, nos comenta que el sobrenombre Bosque de Para Uno deviene de épocas anteriores cuando la avenida Mariscal López, donde se ubica la cancha, era la parada número uno del tranvía que comenzaba su recorrido de allí y llegaba hasta la calle Brasil. Además, alrededor de la cancha existe una cantidad inmensa de árboles, por eso la denominación de Bosque. El estadio fue diseñado entorno a la vegetación.
Uno de los acontecimientos más resaltantes del club Olimpia se dio durante la inauguración de su gramado, cuando el club brasileño Santos, donde jugaba Pelé, vino para dicha inauguración. En ese cotejo ocurrió un accidente, las barandas de la gradería Sur se rompieron y varios hinchas cayeron desde lo alto. Pelé fue la primera persona en auxiliar al público. Según cuenta Ruiz, este gran jugador corrió desde el mediocampo para socorrer a los accidentados. Aparte de Pelé, otros grandes jugadores pisaron ese lugar. Entre ellos podemos citar a Ernesto Mastrangelo, el gran delantero argentino y ex integrante de Boca Junior. También el club Borussia Dortmund de Alemania jugó un partido en esa cancha, contra el Decano.
Entre las particularidades de este estadio podríamos citar los constantes rumores de brujería. Ante los mismos, el superintendente de Olimpia aclara que “siempre existen bromas respecto a maleficios sobre el club, pero no son más que rumores”. Las gradas del Sur, Norte y preferencias fueron las primeras del Manuel Ferreira. Luego de unos años, se terminaron los asientos del Este. Para el 2010, se pretende ampliar la capacidad a 25 mil butacas (ahora cuenta con 15 mil).
UN ESTADIO CON NOMBRE DE DIOS. Muchos consideran a Arsenio Erico un Dios, eso porque dejó en la retina de muchos su gran capacidad de jugador. El club Nacional, en honor a este jugador, que nació en esa institución, bautizó su estadio con el nombre de este talentoso. Nacional tiene 105 años de existencia y es vecino del club Cerro Porteño, que está en Barrio Obrero. La cancha también es conocida como la Visera, esto porque en unas de sus graderías sobresale una estructura que resguarda a sus hinchas del sol y las lluvias.
Esta institución caracterizada en los 60 en ser un club social, hoy da más importancia al fútbol. La capacidad del estadio es de 5 mil personas, pero para este año se quiere ampliar la cantidad de gradas. Además de volverlo más coqueto de lo que es ya. El club es una de las primeras instituciones de fútbol de nuestro país en ser fundada por estudiantes del Colegio Nacional de la Capital, en 1904. Hoy Nacional es el actual campeón de nuestro fútbol, después de 63 años de no haber conocido esa gloria.
Esa cancha tuvo la dicha de tener a grandes jugadores que se caracterizaron de diferentes formas. Uno de ellos fue un hombre manco que llegó a jugar algunos partidos en Primera. Otro personaje fue un jugador de facha muy simpática, que utilizaba una corbata como cinturón en sus pantalones; se lo conoció como Tuku Ramírez. Pero su vestimenta no reflejaba su gran capacidad futbolística. Cuentan que en una ocasión, Tuku, en un partido con la selección paraguaya, eludió desde la media cancha a jugadores del equipo de Brasil. Pero el festejo fue mucho mejor, levantando la pelota y poniéndola sobre la cabeza y caminar hasta la mitad del campo. Estas son tan solo unas de las miles de figuras que pasaron por la cancha de Nacional.
RUBIO ÑU, DE RICA HISTORIA. El barrio Trinidad tiene una arraigada historia cultural, por ser parte del casco histórico de Asunción. Una zona de este barrio quedó como encerrado en el tiempo. Hablamos del entorno de casas coloniales donde está ubicado el emblemático Almacén Cañizá y el cruce de las vías del tren, en la zona del Jardín Botánico. En sus alrededores se encuentra el estadio de Rubio Ñu.
Conocido también como la Arboleda, fue fundado por los vecinos del barrio, en 1913. En los años 70 y 80, Rubio Ñu se caracterizó por ser un club con eventos sociales, donde acudía la barriada social trinidense. La cancha del Rubio volvió a Primera División después de 28 años. La capacidad de su estadio es para 7 mil personas.
Esta cancha podrá albergar este año el clásico entre Rubio Ñu y Sportivo Trinidense, en División de Honor de nuestro campeonato, por primera vez en la historia. Estos equipos se han enfrentado en varias ocasiones, pero siempre en Segunda División de Ascenso de nuestro fútbol. En 2008, el club Rubio Ñu obtuvo su asenso y este año lo consiguió Trinidense. Trinidad, al igual que el estadio de Rubio Ñu, representa todo un emblema de una zona muy populosa de Asunción.