Estos materiales se acumulan en gran cantidad sobre la calle denominada Avenida del Yacht, en la zona de Itá Enramada, lo cual es cuestionado por las autoridades municipales debido a que puedan poluir las aguas del río Paraguay y de un arroyo que solo está a 50 metros del lugar.
Esta posibilidad es rechazada por el presidente de la referida oenegé, Rubén Figueredo, quien aseguró que las 146 toneladas depositadas en el denominado Parque Ecológico están desactivas, con absorbentes y encerrados en tambores especiales.
Informó que recibió una notificación por parte de la institución municipal para desalojar este sector de la ciudad que ocupa desde hace 16 años, tiempo desde el cual se encarga de recibir pilas y residuos de computadoras.
“Es grave lo que quieren hacer con nuestra fundación. Hace más de 50 años estamos aquí trabajando de manera familiar, ya que este predio era explotado por mi suegro. Luego se lo compré para recoger y desactivar pilas. Y se sabe por lo establecido en la Constitución que las costas son de dominio público”, explicó.
Figueredo puntualizó que según versiones extraoficiales, el Municipio quiere quedarse con el inmueble donde tiene el Parque Ecológico para luego vendérselo a empresarios que construyen un hotel a solo unos metros de este lugar.
Advirtió que movilizará a las 6.000 firmas y personas protectoras de su oenegé para evitar que este pedido de desalojo se materialice.
RESPUESTA. Por su parte, el director general de Gestión Ambiental de la Comuna capitalina, Hugo Piccinini, explicó que por resolución de la Seam, el Municipio se encargará de la disposición final de las pilas en el Chaco, en la planta de la firma Servicios de Ingeniería y Materiales (Sermat).
Dijo que desconoce que se haya notificado o pedido el desalojo de la Fundación Itá Enramada para beneficiar a una empresa hotelera, pero aseguró que “lo categórico es que ya no podemos permitir que todas esas pilas estén acumuladas a solo metros de un arroyo y del río Paraguay. Eso es altamente peligroso”.
Resaltó que desde hace seis meses están inmersos con la Junta Municipal en un proceso para regularizar la disposición final de estos elementos contaminantes.
“Reconocemos el trabajo de esa fundación, pero ya no podemos permitir el riesgo que conlleva tener todas esas pilas en ese sitio. Si quiere seguir recolectando pilas y haciendo una disposición transitoria no hay problema. Pero de la disposición final ya nos encargaremos nosotros”, concluyó.