La infección por Sars-Cov2 genera secuelas que acompañan a los recuperados en distintos niveles de complejidad. Se estima que el 10% de los recuperados experimenta secuelas que interfieren con su vida.
Entre las consecuencias, la trombosis es una posibilidad en pacientes que pasaron por cuadros graves de Covid-19, su presencia se asocia y acentúa con las comorbilidades de los pacientes, el riesgo aumenta para los obesos, hipertensos y embarazadas.
“La infección por coronavirus hace un estado de hiperinflamación completa en el organismo lo que dispara el mecanismo de defensa, despierta todas las células. Hay como una tormenta dentro del cuerpo en ese momento, a algunas le da de una forma y a otros de otra, todos los factores que pueda tener uno de riesgo se aumentan durante el Covid, y eso entre otras cosas, tienen un efecto proinflamatorio y protrombótico, uno esta con mayor tendencia a hacer estos trombos”, explica el hematólogo, Dr. Rodrigo Santacruz, del Hospital de Clínicas.
La relación de las trombosis y el Covid-19 se fue descubriendo con la especificación de los estudios en el trascurso de la pandemia y se encontró que las implicancias no eran primariamente a nivel de infección pulmonar sino que muchas de las neumonías eran en realidad el resultado de microtrombos. “Al comienzo de la infección de la pandemia hace año y medio se pensaba que eran neumonías por Covid, le llamaban primeros casos en China pero después se descubrió que la pandemia paso a Italia y Estados Unidos ya se empezó a saber un poco más. Se supo que no todos los casos son neumonías, que muchos son justamente trombosis. Microtrombos en el pulmón, que al examen radiológico a la placa de tórax uno ve y parece, porque tiene mucha similitud”, comparte Santacruz y agrega que “hoy se sabe que son pequeños infartos pulmonares y el abordaje es otro, con anticoagulantes y ya no solo con antibióticos”, subraya Santacruz.
Alerta de trombosis
Se considera que pacientes con internaciones prolongadas, obesidad con cuadros de Covid-19 grave tienen mayor posibilidad de desarrollar trombos, estos pueden aparecer después del alta o durante el tratamiento. Para la identificación de posibles episodios se realiza entre otros el estudio del Dímero D.
“Es un producto de degradación cuando hay una coagulación, es un residuo de la coagulación cuando se está produciendo, se supone que el Covid produce una inflamación tal que entre otras cosas predispone a los coágulos, entonces el Dímero D muestra si hay mucha coagulación o no, o si hay predisposición para coagulación”, menciona Santacruz.
Con este estudio en relación a otros valores se puede iniciar un tratamiento. “Un paciente de riesgo que tiene un Dímero D elevado que consideramos de riesgo es la trombosis que puede producirse en distintos lugares. El riesgo de sufrir una trombosis es que eso se despegue y vaya al pulmón, ahí hablamos de un trombo embolismo pulmonar”.
El trombo embolismo pulmonar se da cuando un trombo que generalmente inicia en miembros inferiores, se despega y llega al pulmón y sin cuidados preventivos puede ser mortal.
El tratamiento para evitar la trombosis, a base de anticoagulantes, se realiza en pacientes de riesgo entre 2 a 4 semanas o hasta que bajen sus niveles de Dímero D. En casos de pacientes que desarrollaron trombosis en internación el tratamiento se extiende hasta los 6 meses.
Hábitos saludables, vacuna y control médico
Tras el alta de Covid-19 se debe esperar 30 días para recibir la primera dosis de la vacuna anti-Covid-19. Si la infección se dio entre el periodo de la primera dosis y la segunda se pospone la segunda dosis igualmente hasta el tiempo de espera tras la enfermedad. Neumólogos recomiendan que se vuelvan a las actividades físicas tras la evaluación funcional de los pulmones. Las afecciones a nivel pulmonar se encuentran entre las principales consecuencias con condiciones irreversibles, relacionados principalmente a las internaciones prolongadas y el uso de oxígeno. A nivel muscular también es importante recurrir a kinesiólogos para recuperar la fuerza de los músculos tras la internación. En Paraguay se registran 436.026 sobre unos 458.207 infectados alcanzados desde el primer caso identificado en marzo del 2020.