24 sept. 2025

Trasparencia y cero tolerancia a los abusos, exige el Papa a sacerdotes

La Iglesia Católica paraguaya tiene más que nunca la obligación de ‘‘limpiar’’ sus instituciones de encubridores y acosadores luego de albergar el II Congreso de Centro de Protección a Menores.

Atender, informar y comunicar. Bajo estos tres pilares, la Iglesia Católica busca encarar el gran reto de los abusos sexuales infantiles, ese ‘‘elefante en la habitación’’ que heredó y ‘‘avergonzó’’ al papa Francisco; marcando los 10 años de su pontificado en la pesada tarea de recuperar la credibilidad ante los miles de abusos encubiertos por la jerarquía eclesiástica durante décadas.

Paraguay fue sede del II Congreso del Centro de Protección de Menores de Latinoamérica (Cepromelat), un encuentro que tuvo como disertante al presidente de la Pontificia Comisión para la protección de menores, cardenal Seán O’ Malley, arzobispo de Boston, quien trajo un mensaje del Papa para el clero: No minimizar el impacto de los abusos sexuales.

Hace unos años, Ending Clergy Abuse (ECA), la organización de supervivientes del abuso clerical, reveló que existen casi 100.000 víctimas de pederastia clerical reconocidas en el mundo. Cada año la Santa Sede recibe cientos de denuncias y aparecen informes, como el más reciente en febrero de 2023, sobre los abusos sexuales en la Iglesia portuguesa que contabilizan 4.815 víctimas desde 1950.

Seán O’Malley es consejero papal y el responsable de la Comisión vaticana a quien se le confirió autonomía y una guía en la lucha contra todo tipo de estructuras en las diócesis y las órdenes religiosas alrededor del mundo para evitar el encubrimiento de las denuncias. El congreso regional –dijo– es solo el inicio de ‘‘un camino doloroso de conversión por el que debemos atravesar, cuestionando continuamente nuestro modo de ser Iglesia’’.

El Vaticano, según disertantes de Cepromelat, busca la descentralización de los esfuerzos que realizan para atender las denuncias de conductas inapropiadas de obispos, sacerdotes y religiosos; poniendo en perspectiva la rendición de cuentas de las conferencias episcopales, la trasparencia y la cercanía a las víctimas ayudando a crear centros de escucha. ‘‘No queremos centralizar la prevención, buscamos consolidar una cultura de cuidado, responsabilidad dentro de la Iglesia’’, dijo O’Malley.

En este contexto y con el peso del mensaje fue creado en Paraguay el primer centro de atención y formación para las víctimas. Dependiente de la Universidad Católica (UC) es un espacio para acoger a las víctimas, escucharlas y también para capacitar a miembros de la iglesia para atender mejor a víctimas y supervivientes de los abusos. Lo contradictorio para la opinión pública es que -precisamente en la UC se encubren casos de acoso.

La creación de este Centro reavivó el pedido de justicia en dos casos de acoso sexual que afectaron a la imagen de la Arquidiócesis de Asunción bajo la administración del emérito mons. Edmundo Valenzuela. La protección al sacerdote Silvestre Olmedo y al docente de la UC Cristian Kriskovich. Este último ex representante de la UC ante el Consejo de la Magistratura. Las víctimas: Una catequista, Alexandra Torres, y una estudiante, Belén Whittingslow.

Mientras exponentes de la lucha contra el abuso disertaban, en las redes reflotaron la metáfora de mons. Valenzuela: ‘‘Debemos cuidar de no hacer de una piedrita una montaña’’, al hacer referencia a la denuncia contra Olmedo. Además recobró impulso otra más reciente contra el emérito por supuestamente intentar comprar el silencio Belén tras haber denunciado a Kriskovich por el galanteo, según la Fiscalía.

En la Iglesia católica Paraguaya se esperan cambios y la tolerancia cero que exige Francisco. El cardenal Adalberto Martínez Flores, arzobispo de Asunción, antes del importante encuentro solicitó la desvinculación de Kriskovich de la UC. Si bien en la milenaria Iglesia ‘‘los tiempos de Dios son perfectos’’, en esta ‘‘isla rodeada de tierra’’ el cambio que exige su Pontífice apremia, sobre todo cuando se intenta recuperar la credibilidad en la institución.


CONTUNDENTE MENSAJE AL CLERO

S.
J,
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