Nuevamente un escándalo por supuesto acoso sexual exhibe un sistema de favores políticos y devela la falta de idoneidad de funcionarios asignados al servicio diplomático.
El cónsul general paraguayo en Buenos Aires, Argentina, Héctor Rubén Figueredo Notario, de 46 años, fue obligado a presentar su renuncia por pedido del propio ministro de Relaciones Exteriores, Luis Alberto Castiglioni, tras verse afectado por una denuncia por presunto acoso sexual por parte de una joven compatriota residente en el vecino país.
Figueredo se desempeñó como concejal departamental de Paraguarí y fue titular de la seccional colorada de la ciudad del mismo nombre, también se había postulado como candidato a gobernador por Colorado Añetete, pero fue vencido en las internas por Juan Carlos Baruja, de Honor Colorado.
Llevaba una relación muy cercana con el presidente de la Cámara de Diputados, Miguel Cuevas, oriundo del mismo departamento, desde donde trabajaron incluso junto con Castiglioni por la campaña de Mario Abdo Benítez.
Al momento de ser nombrado en reemplazo de Edilberto Cantero, había indicado que desconocía cuáles serían sus funciones como cónsul, pese a que la Ley 1335 en su artículo 42 establece que “la función consular está reservada a los funcionarios del Servicio Diplomático y Consular”.
En ese sentido, la Cancillería designó en sustitución de Figueredo a Celia Esther Cañete, ex directora de Legalizaciones, dependiente de la Dirección General de Asuntos Consulares. “En su reemplazo será nombrada una funcionaria de carrera”, anunció el ministerio a través de las redes sociales, en alusión a la falta de preparación del predecesor.
“La disposición fue tomada en razón de que el Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE) no tolerará conductas inapropiadas, indecorosas ni que constituyan hechos punibles por parte de ningún funcionario”, expresó la institución en un comunicado.
Advirtió además que si se comprobasen “conductas inapropiadas o hechos que ameriten ser sancionados se procederá conforme a la ley”.
En su renuncia, el ex cónsul indicó que su decisión fue tomada para salvaguardar su “buen nombre” y expresa que agotará las instancias legales para aclarar el hecho, alegando que la denuncia fue falsa.
El caso. Ana Laura Grissetti, de 24 años, denunció por acoso sexual a Figueredo, que hacía dos semanas que había llegado a Buenos Aires y se alojaba en un hotel, por lo que la joven estaba encargada de ayudarlo a buscar un departamento. Se conocieron en la Embajada paraguaya y más tarde, al coordinar una reunión, el diplomático le propuso quedarse con él en la noche, lo que causó la indignación de la joven, quien anunció que accionaría penalmente.
Por su parte, Figueredo negó tener intenciones de pasar la noche con la mujer y aseguró que solo se trató de una “invitación cordial” considerando que ella vive en un lugar distante de la capital. Además señaló que existe un trasfondo político oscuro. Anunció que pedirá vía escribanía que la joven se retracte o ratifique.