El verano es una temporada que podría traer buenos dividendos a los emprendedores que deciden innovar y buscar productos que llamen la atención y resulten necesarios para esta época del año, en que la mayoría planea ir a la playa, pasar más tiempo en la piscina o visitar parajes de ensueño con lagos y arroyos. El sector femenino es, por lo general, el más exigente, pues siempre busca en el mercado encontrar atuendos y accesorios veraniegos con estilos personalizados y en las tonalidades más in de la temporada.
Es así que tres mujeres supieron identificar las necesidades femeninas de verano, principalmente para la playa, y no temieron arriesgarse a montar sus propios negocios de confección y venta de atuendos, como trajes de baño, sombreros, bolsos de playa y hasta lencería.
Liza Vera, propietaria de la marca Íntima Tentación, se volvió toda una empresaria consumada, al lograr montar con éxito un gran negocio de prendas femeninas, hace ya varios años, con el que llegó a desarrollar una amplia cartera de clientas que le solicitan, para cada verano, trajes de baños personalizados y confeccionados a medida. “En el negocio de las prendas femeninas la ampliación de las líneas de productos es una necesidad constante. Incorporar la línea de trajes de baño surgió como respuesta a numerosos pedidos de nuestras clientas que ya compraban nuestras otras líneas de productos y decidí así generar ingresos adicionales por la temporada de verano”, explica Liza.
La emprendedora comenta que no le resultó difícil responder al pedido de su clientela, porque ya contaba con una base de patrones, gracias a su primera incursión en la línea de lencería.
“Lo más complejo fue entrenar al personal, pues al fabricar productos personalizados debemos tener una muy amplia y exclusiva variedad de modelos y colores, además de un sistema de costeo. Pero con trabajo y paciencia fuimos mejorando y eso nos permitió ganar más clientas y generar fidelidad”, resalta Vera. En su taller trabajan cinco operarias y nueve máquinas, con distintas funciones, suficientes para cubrir la demanda actual.
Con pasión. “Si bien comencé de abajo, no me fue difícil emprender. No sé si fue suerte o pasión por lo que hago y el amor que pongo en cada trabajo que realizo y a la hora de atender a mis clientas”, explica Adriana López, una joven emprendedora que hace nueve años decidió confeccionar ella misma los bikinis que vendía en la plaza de artesanos de San Bernardino y a través del Facebook. Ahora es dueña de la tienda Adri Love, que ya cuenta con dos sucursales, una en Lambaré y otra en el Paseo Matilda, ubicado sobre la calle Lillo.
“Mis creaciones son confeccionadas con lycras prémium, que son telas de primera calidad. En el caso de que la clienta no esté a gusto con el bikini que llevó o tenga algún desperfecto, nos hacemos cargo y le cambiamos sin ningún costo por otro”, comenta López. Agrega que en sus tiendas las compradoras pueden armar sus conjuntos de trajes de baño, con los tamaños, modelos y colores que sean de su agrado.
Accesorios. Los accesorios para la playa también son productos muy solicitados por las mujeres. Así lo entendió Belén Samudio, que a sus cortos 20 años ya cuenta con todo un montaje de negocio de sombreros y bolsos personalizados para la playa, bordados con el detalle que más guste a la futura propietaria, realizados por ella misma.
La joven bautizó su marca con el particular nombre de La Chuchi Popeguare, y aunque no cuenta aún con una tienda propia, asegura que ese es su próximo gran objetivo, pues quiere seguir creciendo en el rubro. “Elaboro los sombreros a partir de productos chinos y paraguayos, aunque siempre trato de optar por algo más nuestro, como son los sombreros y bolsos de caranday”, dice. Agrega que realiza los trabajos bajo pedidos anticipados y, además, ofrece el servicio de delivery y envíos al interior del país. Su producción varía de acuerdo con la época, aunque Belén estima que realiza entre 25 y 30 sombreros y bolsos personalizados por día, con la ayuda de dos colaboradoras.