Por Rubén Penayo
rubenpenayo@uhora.com.py
La cara de fastidio es notoria... a leguas de ahí. La secretaria del arquitecto concurre por décima vez a una de las ventanillas de la Municipalidad de Asunción. Mariana dice que ha hecho el triple de llamados telefónicos de las veces que ha venido.
Desconfiado, uno la mira y piensa: ¡Exagera! Ella lo nota e insiste: “Es un calvario, y como tal, tortuoso”. El suyo es un caso de aprobación de planos para una nueva vivienda, pero comenta que da igual si es para una regularización o una reforma. De acuerdo a Capaco, más de 23.000 expedientes están varados en esta administración (ver recuadro).
En la versión oficial, da la impresión de que estamos ante un artefacto de relojería suizo. Todo funciona como debe ser. La conclusión uno la saca a partir de consultas a funcionarios de las direcciones de obras particulares de Asunción, Fernando de la Mora y Lambaré, que tomamos como muestra.
Los encargados de estas áreas responden, sin diferencias, que “si todo está bien, en treinta días ya está para la liquidación”, en alusión a los diseños arquitectónicos que pasan por la verificación comunal.
Es como esas películas hollywoodenses de “happy endings” (finales felices), en el que el bien maniqueo siempre triunfa. La impresión oficial persiste: si se presenta como corresponde, todo funciona a las mil maravillas.
SANATORIO. No obstante, la tozuda realidad insiste. El caso de un sanatorio privado céntrico capitalino (la fuente pidió reserva, por temor a represalias) aparece. El registro es bien claro: hace ya un año y cerca de diez meses el instituto privado había presentado un “proyecto de prevención contra incendio” en busca de la aprobación.
El tiempo pasa y antes de la plena vigencia de las estaciones frías del año, los funcionarios municipales metieron el expediente en una suerte de freezer.
El último registro de seguimiento de Mariana afirma: “Desde el 1 de diciembre del 2006 hasta el 22 de marzo del 2007: el expediente continúa en manos de Pérez Cardozo, quien no presenta su evaluación ni informa para que pueda proseguir con los trámites; su excusa es que tiene muchos otros expedientes previos que debe evaluar”.
Mientras, los funcionarios municipales levantan el dedo acusador a las administraciones pasadas. Es como el caso de tierras arrasadas. No queda nada por rescatar. El amparo de haber asumido hace menos de cien días es un escudo que tienen. Hablan, al unísono, de reorganización y de informatización que agilizarán el proceso.
En las colas de las ventanillas, varias Marianas siguen la espera, mientras que ellos se reordenan y prometen que “si todo está bien, en treinta días ya está para la liquidación”. La virtud de las palabras: lo liquidado o exterminado es, mientras tanto, la paciencia de los contribuyentes.
Los datos de los constructores
De acuerdo a datos manejados por la Cámara Paraguaya de la Construcción (Capaco), en Asunción existen más de 23 mil expedientes de planos (aprobación, reforma o regularización) que no han tenido un finiquito. Igual cuadro presentarían las ciudades aledañas.
Debido a esta situación, el citado organismo ha nombrado al arquitecto Gustavo Massi como representante de una comisión intersectorial que busca alternativas, junto con las autoridades comunales.
El objetivo es conseguir trámites más breves, sin dejar de tener en cuenta el elemento de la calidad en la verificación de los datos.
En la evaluación que realiza la Capaco, las dilaciones que se dan en las administraciones subnacionales (en este caso, intendencias) representan un serio atraso para movilizar el ámbito de la construcción. No obstante, ven una corresponsabilidad en la situación actual, pues también pasa por la forma de presentación que realizan ciertos profesionales, que pasan por alto muchos requisitos.
No priorizan instituto médico
En los registros municipales asuncenos figura un expediente sobre “aprobación de proyecto de prevención contra incendio”, que corresponde a un céntrico instituto privado de atención médica (N.R.: reservamos la identidad a pedido de los proyectistas). El documento lleva un año y diez meses en las oficinas de la Comuna, sin resolución firme.
Los planos tuvieron entrada en la mesa principal de la Intendencia capitalina el 10 de junio del 2005 y al 22 de marzo de este año continúa sin una expedición concreta. En varias fases, inclusive, llegaron a solicitar a los profesionales documentos que ya habían sido presentados, pero de lo cual no se habían percatado los funcionarios.
Cuando ingresó, estos fueron a la Oficina Única de Expedientes, de la cual se gira el mismo día a la Dirección de Construcciones Urbanas, en la que se verifican los papeles presentados.
El 19 de agosto del 2005 el material pasa a notificaciones, para completar las documentaciones faltantes, y el 21 de noviembre del mismo año llega a “Asistencia Técnica”.
Una vez realizada la verificación técnica, el 1 de diciembre se hace cargo la reparticipación de Legalidad, la que resuelve pedir más información. Fueron presentadas las requeridas, pero hasta hoy, tras varias idas y venidas, los trámites no concluyen.