“Llorar como una Magdalena” o “Ser más falso que Judas” son expresiones descriptivas que utilizan coloquialmente los hispanohablantes sin distinción de credos -también los agnósticos-, y cuyo origen no es otro que los textos de la Semana Santa y de la Pascua.
Las escenas de la Pasión de Cristo vienen a resumir gráficamente situaciones cotidianas de sufrimiento como “llevar la cruz”, “estar hecho un eccehomo” o “pasar un calvario”.
Jesucristo salvó a Magdalena de la lapidación a la que había sido condenada por adúltera. Le siguió desde entonces y hasta el Calvario y lloró amargamente su pérdida.
El dolor de esa cristiana también está plasmado en la expresión “no estar la Magdalena para tafetanes”, lo que equivale a otra expresión coloquial: “no está el horno para bollos”.
“Meterse a redentor y salir crucificado” es una de las consecuencias de llevar una “vida de calvario” en la que para “más inri”, puedes ser víctima del “nazareno” (una estafa).
Inri es una nota de burla y “para más inri” una locución que significa para mayor escarnio, intención que tenía el INRI, acrónimo de “Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum” (Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos), que pusieron en la cruz de Cristo, siguiendo la costumbre romana de anunciar la causa por la que se condenaba al reo.
En Venezuela si alguien “es más atrasado que una serpentina en Semana Santa” es que está completamente desubicado y en Argentina se puede “estar más aburrido que un Viernes Santo”, pero en Chile cuando alguien está muy inquieto “parece más nervioso que un pescado en Semana Santa”, por la prohibición de comer carne en Cuaresma. O, en todo, caso se puede “estar más alegre que unas Pascuas”. EFE