08 ago. 2025

Tener un corazón humilde

Hoy meditamos el Evangelio según San Mateo. Con respecto a la lectura de hoy , el Papa manifestó: “Hemos reflexionado varias veces sobre el hecho de que Jesús se expresa con una ternura única, símbolo de la presencia y de la bondad de Dios. Hoy nos detenemos en un paso conmovedor del Evangelio, en el cual Jesús dice: Venid a mí, vosotros todos los que estáis cansados y oprimidos, y yo os daré descanso. Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. La invitación del Señor es sorprendente: llama para que le sigan a personas sencillas y sobrecargadas por una vida difícil, llama para que le sigan a personas que tienen tantas necesidades y les prometen que en Él encontrarán descanso y alivio. La invitación está dirigida de manera imperativa: “venid a mí”, “tomad mi yugo”, “aprended de mí”. ¡Ojalá todos los líderes del mundo pudieran decir esto! Intentemos entender el significado de las expresiones.

El primer imperativo es “Venid a mí”. Dirigiéndose a los que están cansados y oprimidos, Jesús se presenta como el Siervo del Señor descrito en el libro del profeta Isaías. En la invitación de Jesús encuentran finalmente la respuesta a su espera: al convertirse en sus discípulos reciben la promesa de encontrar descanso durante el resto de su vida. Una promesa que al finalizar el Evangelio es extendida a todas las gentes: “Id, pues, –dice Jesús a los Apóstoles– y haced discípulos a todas las gentes”.

El segundo imperativo dice: “tomad mi yugo”. En el contexto de la Alianza, la tradición bíblica utiliza la imagen del yugo para indicar el estrecho vínculo que une al pueblo con Dios y, en consecuencia, la sumisión a su voluntad expresada en la Ley. En polémica con los escribas y los doctores de la ley, Jesús pone sobre sus discípulos su yugo, en el cual la Ley encuentra su cumplimiento. Desea enseñarles que descubrirán la voluntad de Dios mediante su persona: mediante Jesús, no mediante leyes y prescripciones frías que el mismo Jesús condena. ¡Basta con leer el capítulo 23 de Mateo!

Su consecuencia es el tercer imperativo: “Aprended de mí”. A sus discípulos Jesús planea un camino de conocimiento y de imitación. Jesús no es un maestro que con severidad impone a los demás pesos que el no lleva: esta era la acusación que hacían los doctores de la ley. Él se dirige a los humildes, a los pequeños, a los pobres, a los necesitados porque Él mismo se hizo humilde.

A veces nuestro cansancio está causado por haber depositado nuestra confianza en cosas que no son lo esencial, porque nos hemos alejado de lo que vale realmente en la vida.

Tener la mirada fija en el Hijo de Dios nos hace entender cuánto camino debemos recorrer aún; pero al mismo tiempo nos infunde la alegría de saber que estamos caminando con Él y que no estamos nunca solos. Ánimo, entonces, ¡ánimo! No nos dejemos quitar la alegría de ser discípulos del Señor.

Cada domingo extractaremos algunas frases de la Exhortación Apostólica Gaudete Et Exsultate del Papa sobre el llamado a la Santidad.

“Una tarea movida por la ansiedad, el orgullo, la necesidad de aparecer y de dominar, ciertamente no será santificadora. El desafío es vivir la propia entrega de tal manera que los esfuerzos tengan un sentido evangélico y nos identifiquen más y más con Jesucristo. e la vida familiar”.

(Frases de http://www.vatican.va y http://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20180319_gaudete-et-exsultate.html)