Esta situación genera preocupación e impotencia en los pobladores de San Joaquín. El punto de convergencia ciudadana se centra en la necesidad de realizar un trabajo delicado y minucioso que brinde seguridad a la antigua construcción que data de 1747. Por otro lado, el alto costo que representa el proyecto hace inviable para la comunidad local afrontar el gran reto de conservar la iglesia jesuítica, en una de las últimas reducciones afincadas en esta región del país.
Tras el temporal se han sumado las averías y fallas en la antigua construcción. Aparecieron nuevas goteras con las cuales se ha caído una parte del revoque de las paredes de adobe. Así como sucediera con el derrumbe de un sector del altar, con cada lluvia se irá profundizando el deterioro. En los últimos días se han registrado varias reuniones con representantes de instituciones públicas de la capital, con el objetivo de agilizar el proceso de restauración.
Gustavo Bazán, integrante de una organización de apoyo a la iglesia de San Joaquín, explicó los daños ocasionados por el temporal, que se suman a una larga lista de deterioros que viene sufriendo este patrimonio cultural paraguayo.