16 feb. 2025

Synthia volverá a marcharse por un mejor futuro de su hijo

Dejó Lima (San Pedro) para estudiar en Asunción. Buscó un trabajo y nunca lo halló. Se fue a España, cuidó ancianos y niños hasta que conoció a su actual pareja. Después de 3 años vuelve al Paraguay, aunque ya solo de visita.

Por Susana Oviedo
soviedo@uhora.com.py
Con un robusto niño de 8 meses en el regazo, Synthia sonríe y mira con cariño y orgullo a su hijo español: Joseba. Ella formó pareja con un antropólogo y profesor vasco y dieron ese nombre en euskera o lengua vasca al pequeño que concibieron.
En estos momentos el niño y su madre llevan varias semanas en Paraguay, lejos del frío de Bilbao, norte de España. Joseba responde al mar de afectos que halla, obsequiando sonrisas a los miembros de su familia materna, tanto en Lima (San Pedro), de donde es oriunda su madre, como en San Lorenzo, donde se encuentran sus tías.
Synthia regresó al Paraguay luego de tres años de haberse marchado. Se había ido decepcionada por no hallar trabajo, cuando cursaba el tercer año de la carrera de Derecho. Animada a viajar por unas primas que ya se encontraban en España, llegó a Bilbao en el 2004 y a dos días de su arribo ya había conseguido trabajo. Comenzó cuidando a unos ancianos. “La búsqueda de empleo fue sin descanso. Al principio la experiencia es dura, no conocés a nadie. Yo tuve suerte porque hallé trabajo enseguida. Ahora hay compatriotas que llevan dos a tres meses sin encontrar un empleo”, reconoce.
Después de unos meses cambió de empleo. Se hizo cargo del cuidado de dos niños, una niña de 9 y su hermano de 7. “Me trataban muy bien, nos tomamos cariño. Con esos niños estuve dos años. Cuando dejé de trabajar, a los siete meses de mi embarazo, ellos me visitaban y llamaban por teléfono y hoy seguimos en contacto”, destaca.

SIN CAMBIOS. Ahora, en su país de origen al que vuelve a ver y sentir luego de tres años, y donde aguarda recibir el nuevo año antes de volver a viajar a la península Ibérica, no oculta su decepción: “Sigue no habiendo trabajo y la gente se ve empujada a irse del país. Estuve en mi pueblo, Lima (San Pedro) y muchísimos vecinos y amigos me pidieron que les ayude para ir a España”.
Para ella no existe punto de comparación entre la forma en que el Estado español protege a los ciudadanos, nacionales y extranjeros, y lo que ocurre en el Paraguay. “Allá los derechos del niño, por ejemplo, están plenamente vigentes. Conozco a varios compatriotas que ya llevaron a sus hijos y que, independientemente de que estén residiendo legal o ilegalmente, sus niños tienen derecho a la escolaridad. Van a la escuela, tienen becas y atención médica gratuita”, resalta. Para mostrar el contraste, pregunta: "¿Se imaginan si yo hubiese tenido acá a mi hijo, aún estudiando y sin trabajar, y sin un Estado que nos ampare?”
En su opinión, la calidad de vida que podría darle a su hijo en España difícilmente pueda conseguir en Paraguay, aun siendo uno profesional. “Mi hermana es un ejemplo; hace 5 años que gana el salario de una cocinera en IPS, simplemente porque no tiene padrino político”, lamenta.

“Me da pena la atención en nuestra Embajada”
“Muchos dicen: regresaré al país, para quedarme definitivamente. Sin embargo, luego de haber visto en España tanto respeto al ser humano, a los derechos fundamentales de las personas, y venir a constatar que aquí en Paraguay nada ha cambiado, deciden irse nuevamente”, manifiesta Synthia Quevedo de la Sierra.
Ella lamenta que el Gobierno no esté tomando con preocupación la emigración masiva de compatriotas, al punto que ni siquiera se brinde buena atención en la Embajada paraguaya en España. “La atención es pésima en nuestra Embajada. Me da pena y vergüenza a la vez. Gente de otros países es ampliamente amparada y asistida por sus legaciones diplomáticas”, sostiene.
También se siente afectada por el escaso conocimiento que tienen de Paraguay en España. “Recuerdo que nuestro país trascendió cuando ocurrió el incendio del Ycuá Bolaños y cuando encontraron el cuerpo de Cecilia Cubas. Para los españoles, Sudamérica es solo Argentina y el Brasil”, destaca.

OFERTA. Según Synthia, en estos momentos, ante la masiva presencia de latinoamericanos en todas las regiones españolas, la paga a cualquier trabajo es menor. Hay tanta oferta de mano de obra, y muchos ilegales, que muchos se aprovechan de la situación para ofrecer salarios muy bajos.
Las opciones laborales más comunes son: cuidado de ancianos y niños y servicios en los bares. “Varios paraguayos, que son profesionales de distintas áreas, están haciendo actividades que jamás habrían hecho en nuestro país”, explica. Para Synthia, lo que más se extraña estando lejos es la familia y los días más tristes son los domingos.