‘‘Paraguay, mi país, porque tengo la nacionalidad como un don, como un regalo del pueblo paraguayo’’. De esta manera, el arzobispo de Rabat, cardenal Cristóbal López Romero o pa’i Cristóbal –tal como se lo conoce desde los 80 como misionero salesiano en tierra guaraní– siempre expresa el inmenso cariño que tiene al país que hoy visita tras casi 20 años para celebrar el aniversario 125 de la presencia salesiana en Paraguay.
Además arribó para compartir con amigos y estar más cerca de Paraguay en un contexto muy difícil por la pandemia y la crisis sanitaria que siguió muy de cerca, a pesar de los más de ocho mil kilómetros que separa a Asunción de Marruecos, sede de la Arquidiócesis de Rabat, donde reside desde el 2017.
De nacionalidad española, naturalizado paraguayo, cuando alguien presenta a Paraguay como su segunda patria, el creado cardenal por el papa Francisco responde con tono afable: “¿Quién dijo que es la segunda? Puede ser la primera”.
La última vez que estuvo en el país fue de paso en el 2011, y la vez que partió para otra misión fue en el 2002, dejando como pendiente conocer el Monumento a la Madre en Concepción, capital del primer departamento, y a la que señala como una ciudad un poco marginada, dejada de lado por el Gobierno, incluso para la visita de Juan Pablo II en el 88. Vino para reparar este hecho que vivió muy de cerca.
Monseñor López recuerda que cuando Juan Pablo II anunció incluir a Paraguay en su gira, desde la comisión organizadora de la visita papal –de la cual formó parte junto con monseñor emérito de Asunción, Pastor Cuquejo, y otras personas– luchó para que el Sumo Pontífice viaje a Concepción, pero el gobierno del dictador Alfredo Stroessner no lo permitió alegando razones que para la comisión no eran válidas.
‘‘Quisiera de alguna manera ahora, que soy consejero del Papa, diríamos resarcir a Concepción de esa ofensa que se le hizo al no estar programada en el viaje del Papa’’, había señalado poco antes de su arribo y así lo hizo. El miércoles, al día siguiente de su arribo, el cardenal fue a esta zona golpeada por la desigualdad.
Más tarde en rueda de prensa en Cáritas, el cardenal López relató que prefería que su visita pasase desapercibida las dos semanas que permanecerá por motivo de la festividad 125 de la presencia salesiana en Paraguay, pero en el fondo si vino es porque tenía muchas ganas de hacerlo en los últimos 10 años, casi 20 de ausencia en Paraguay.
El pa’i afirmó que nunca perdió contacto con sus muchos amigos gracias al correo electrónico, las redes sociales y su última visita, que lo ‘‘ha mantenido unido por un cordón umbilical a este seno materno que es el Paraguay’’.
CORONAVIRUS
El cardenal López también encontró otro motivo para volver, como las dificultades que atraviesa su querido país a causa de la pandemia; conoce las noticias del sufrimiento del pueblo paraguayo con los contagios, las muertes por Covid, las familias que se han sentido profundamente tocadas por la pandemia y la realidad del sufrimiento por la carencia de medicamentos, en su momento de oxígeno y de instalaciones sanitarias que no dan abasto.
‘‘Sufría a la distancia con el pueblo paraguayo estas situaciones y por eso creció en mí el deseo de estar cerca’’, indicó. El cardenal expresó que no puede solucionar nada, pero que muchas veces el estar al lado del que sufre ya es una forma de ayudarle a sobrellevar el sufrimiento que le toca cargar sobre sus hombros.
“Así que también ese aspecto de solidaridad en el sufrimiento es uno de los motivos que me han impulsado a desafiar los test PCR, los QR que hay que sacarse, los billetes de avión de vuelos que se anulan y estoy aquí, contó.
El consejero del papa Francisco aclaró que en su visita no pretende ser ningún juez para decir si el Gobierno hizo bien o mal con el manejo de la situación sanitaria por la pandemia, tampoco no viene a dar lecciones y que no tiene previsto ningún encuentro con autoridades, salvo con el ministro de Relaciones Exteriores, Euclides Acevedo, quien lo recibió en el aeropuerto por protocolo.
‘’Acompaño el sufrimiento (del pueblo paraguayo) desde la oración y desde la solidaridad, y deseo que esta pandemia nos abandone cuanto antes mejor, para que vivamos en normalidad manifestando nuestro cariño como teníamos costumbre de hacerlo, abrazarnos y besarnos, y disfrutar de la vida abiertamente sin tener que ponernos estos tapabocas’’, anheló.
MISIONERO
El cardenal Cristóbal López nació en Vélez-Rubio, Almería, España, el 19 de mayo de 1952. Forma parte de la congregación salesiana. Vivió en Paraguay desde 1984 hasta el 2002. Fue superior de la congregación salesiana de 1994 a 2000, tiempo en el que se celebró el Centenario Salesiano en 1996. Nacionalizado paraguayo, fundó la Asociación de Periodistas Católicos del Paraguay.
Fue nombrado arzobispo de Rabat por el papa Francisco en 2017 y el 5 de octubre de 2019, el Pontífice lo nombró cardenal, en la Basílica de San Pedro del Vaticano.