En la Cámara de Diputados se vienen generando varios cambios en el marco de un mayor control de los funcionarios, sean estos permanentes o contratados. Con la presidencia de Miguel Cuevas, se implementó que todos los funcionarios tengan que registrar su asistencia por medio de los relojes biométricos, a ello ahora se le suma el proceso de depuración. Esto consiste en conocer la función que cumple en la institución o fuera de ella cada uno de los funcionarios. De los 80 parlamentarios, solamente 40 remitieron la lista de los personales a su cargo.
Desde la Dirección de Recursos Humanos se les solicitó a cada diputado y a todos los directores de la sede parlamentaria que remitan la nómina de los funcionarios que tienen a su cargo, especificando el trabajo que realizan.
Sin embargo, la búsqueda de la formalización, hasta el momento, no encuentra un eco muy favorable entre los legisladores.
El pedido a los parlamentarios se inició hace un mes y posteriormente, ante la falta de respuestas, se realizaron varias reiteraciones y de igual manera es mínima la contestación de los mismos.
De esta manera se dificulta aún más el trabajo que pretenden realizar desde Recursos Humanos, ya que uno de los objetivos de la depuración es conseguir que cada funcionario cumpla una función y que ya no estén simplemente abarrotados en las oficinas sin hacer nada, más que tomar tereré.