A Sol le sienta bien jugar en el Antonio Aranda. Desde que lo dirige Almeida, este es su tercer triunfo en ese escenario. Antes derrotó a 3 de Febrero y a Olimpia.
A Cerro le costó bastante predominar dentro del juego y más generar situaciones con sensaciones de peligro frente al arco defendido por Rubén Escobar.
Buscando las razones, concluyo que incidieron claramente tres factores; primero el rival, que ya tiene el rasgo, la impronta de su entrenador. Ordenado, bien parado en todas sus líneas, firme en la contención y con estrategia bien definida para dañar de contragolpe o atacando en velocidad por los extremos.
Segundo, las ausencias de jugadores claves en el equipo de Jubero y los que reaparecieron denotaron mucha falta de ritmo. Otros estuvieron imprecisos.
Lo tercero afectó a los dos equipos, más al que tomó la iniciativa. El intenso calor, especialmente en el primer tiempo, hizo que muchos fueran económicos en sus despliegues. Sin hacer mucho mérito, el Ciclón fue al descanso con el 1 a 0 a favor. Novick culminó en gol una buena acción colectiva.
REMONTADA. Con la ventaja de Cerro, se presumía que Sol saldría a buscar el partido y que en ese afán dejaría espacios. No hubo tiempo para eso. Apenas 5’ jugados del segundo tiempo, Adrián Martínez empató el partido y desnudó aún más las falencias azulgranas.
A los males que apuntamos anteriormente, se le sumó algo nuevo. Los de Cerro perdieron la paciencia y las imprecisiones se multiplicaron. Los de Almeida se aprovecharon de eso y terminaron ganando.