La sociedad no alcanzó a iniciar sus actividades y, en ese sentido, no cuenta con empleados y tampoco adeuda impuestos. Luego de estas prioridades le corresponde ponerse al día con los créditos bancarios, según explicó la abogada tributarista y experta en sociedades, Nora Ruoti.
Según consta en el balance presentado ante la Comisión Nacional de Valores, Chajhá abrió cartas de crédito para pagar a los proveedores de maquinarias y equipos por USD 6,3 millones hasta junio del 2022.
Asimismo tiene préstamos corrientes y no corrientes por más de G. 30.000 millones vinculados a proveedores del exterior.
Venta. Acerca del futuro del patrimonio de la empresa, Ruoti detalló que “si se va a disolver, la ley te exige que cada uno lleve su parte” y respetando este punto no es posible que Maris Llorens se quede con la fábrica, teniendo el 13% de las acciones, pero sí puede comprarla al mismo momento de la disolución, aunque se trate de otro acto dentro del proceso. El pago lo puede hacer a largo plazo, aunque hasta el momento se desconoce a qué acuerdo llegarán ambos socios, pues también puede aparecer otro comprador.
No existe un plazo para finiquitar la disolución y liquidación de activos, puede durar meses o años, pero sí están establecidos los pasos que se deben cumplir.
Si no hay un consenso entre los accionistas, se avanza hacia una liquidación judicial, según la normativa vigente.