25 abr. 2024

Sobre destaques y cancelaciones

El martes 19 de abril Google destacó a la Dra. Elvira Rawson, nacida en esa fecha en el año 1865 en Argentina, quien fue la segunda mujer en obtener el doctorado en medicina en su país, en 1892, además de destacarse como sufragista (feminista de primera ola en favor del voto y la independencia económica de la mujer) y estudiosa de la reproducción. Hasta allí todo correcto.

Lo llamativo de su currículum y de la forma de destacarla por parte de la famosa empresa de internet es que no cuestiona la adhesión de la Dra. Rawson a la Eugenesia.

No es un tema menor ya que –y lo describo como lo menciona Wikipedia– la Eugenesia es “una filosofía social que defiende la mejora de los rasgos hereditarios humanos mediante diversas formas de intervención manipulada y métodos selectivos… pretendería el aumento de personas más fuertes, sanas, inteligentes o de determinada etnia o grupo social para lo que promueve la no procreación de aquellos que no poseen esas cualidades”. A esto hay que agregar que “los métodos del eugenismo de los siglos XIX y XX incluyen desde la esterilización forzada hasta el genocidio. Los métodos eugenistas modernos se centran en el diagnóstico prenatal, la exploración fetal, la orientación genética, la fecundación in vitro y la ingeniería genética”.

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Otros eugenistas o eugenetistas de triste recuerdo son Adolf Hitler, el Dr. Mengele y la fundadora de la empresa multinacional abortista Planned Parenthood, Margaret Sanger, aunque no podemos acusar a Rawson de simpatizar acríticamente con dicha seudoteoría.

Ciertamente, en tiempos en que por mucho menos se “cancela” a las figuras públicas, llama la atención que la adhesión a la eugenesia no sea considerada a la hora de evaluar la figura de una persona a destacar para millones de usuarios, entre ellos niños y adolescentes.

Debo aclarar que solo leyendo sobre la brillante participación de Rawson en el Primer Congreso Femenino Internacional realizado en Buenos Aires en 1910, donde, según el acta, trabajó y dejó huellas en varias comisiones como la de Sociología, Derecho y Educación, creo que su figura sí es rescatable en varios sentidos, pero haciendo siempre la salvedad de que su adhesión a la pseudociencia de la Eugenesia empaña en parte su aporte social.

No ha corrido la misma suerte, por ejemplo, la notable escritora J. K. Rowling, quien está sufriendo una terrible cancelación mediática y social por defender el derecho a la investigación científica independiente sobre el sexo biológico y criticar la expedición oficial de los “certificados de confirmación de género” (equivalentes a la cédula de identidad) a simple petición, dejando, por ejemplo, libre la entrada a baños femeninos a personas de sexo masculino que se autoperciben como mujeres, sin que ni siquiera se hayan sometido a cirugías o tratamientos hormonales, con todos los peligros que esto supone. A Rowling no le valió su condición de mujer destacada, ni su historial de víctima de la violencia machista. Una vez que el lobby feminista de género y transexual la marcó con la cruz de la cancelación, ni releer su razonable escrito al respecto genera una justa reivindicación.

¿Qué hace a Rawson ser encomiable a pesar de su promoción de las ideas de la eugenesia y a Rowling ser cancelada, a pesar de plantear argumentos razonables? ¿Es acaso hoy la militancia feminista o la adhesión a la delirante doctrina queer sobre la sexualidad una condición más valiosa que el trabajo en pos del bien común? ¿Quién marca y dirige la moral de la aldea global y sus influencers? No es un tema menor para quienes, además del lindo dibujito que acompaña la reseña de ciertos personajes destacados, pretendemos un perfil de racionalidad y sensibilidad moral en ellos. Abogamos por la vuelta a la libertad de conciencia y la búsqueda responsable de la verdad en los que moldean el pensamiento e influyen en la opinión de millones de personas.

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