27 jul. 2025

Sin tekoha no hay teko

Me ha hecho pensar mucho esta frase leída en guaraní rape del P. Bartomeu Meliá SJ.

Me he interiorizado en el mundo interno y externo del guaraní y me golpea el habérsele privado en sus palabras de “ñande retoha”. Modernamente a la mayoría de ellos los han dejado como el pez sin el agua, mendigando cómo sobrevivir por Asunción.

Y de nuestros hermanos indígenas he pasado a los compañeros campesinos desalojados con violencia de su tekoha, cuyos ancestros son mayoritariamente los guaraníes de algunas de sus etnias.

Privados y desalojados de sus tierras se van al extranjero o a la periferia de las ciudades. Allí viven con la añoranza de la tierra perdida y eso les ayuda a no perder del todo su modo de ser, aunque las dificultades para sobrevivir y la influencia del sistema, que los colonializa de nuevo, poco a poco los va desmoronando.

Este despojo del tekoha, tiene todavía un tercer paso que se da con fuerza en los bañadenses de los 17 kilómetros de la franja del río Paraguay con Asunción.

Hasta hace poco estaban olvidados y ellos mismos, privándose de comer, hicieron habitables los arenales y lagunas con camionadas de escombros y sobre ellos construyeron sus humildes casitas.

Ahora algunos de los “amos” inmobiliarios y latifundistas del Paraguay, quieren sustituir de los bañados a los 120.000 bañadenses junto al río por los habitantes de una franja costera con barrios cerrados, shoppings, torres y esparcimientos de ricos, etc. con un coste de varios miles de dólares cada metro cuadrado.

Y recordemos que estos bañadenses son descendientes de guaraníes privados de sus tierras y de campesinos que desalojados de las tierras por la soja y la ganadería se refugiaron junto al río Paraguay.

Y tienen una razón fuerte para no salir: el arraigo a su tekoha del Bañado.

Síntesis: ¡Cuánta injusticia en el Paraguay!

Pero venceremos.