Hoy meditamos el Evangelio según San Lucas 9,57-62
En el Evangelio del día de hoy, se menciona entre otras frases... “Las exigencias de la verdadera vocación: ...Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos”. Jesús le respondió: “El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios... Palabra del Señor”.
El papa Francisco a propósito del pasaje de dicho Evangelio dijo: “Jesús no tiene hogar, porque su casa es la gente, somos nosotros, su misión es abrir a todos las puertas de Dios, ser la presencia amorosa de Dios.
(...) Seguir, acompañar a Cristo. Permanecer con Él, requiere un “salir”. Salir de sí mismos, de un modo de vivir la fe algo rutinario, de la tentación de ensimismarse en los propios esquemas que terminan por cerrar el horizonte de la acción creadora de Dios.
Dios salió de sí mismo para venir en medio de nosotros, colocó su tienda entre nosotros para traer su misericordia que salva y da esperanza.
También nosotros, si queremos seguirlo y permanecer con Él, no debemos contentarnos con permanecer en el recinto de las noventa y nueve ovejas, debemos “salir”, buscar con Él a la oveja perdida, a la más lejana.
Recuerden bien: salir de nosotros, como Jesús, como Dios salió de sí mismo en Jesús y Jesús salió de sí mismo para todos nosotros.
Alguien podría decirme: “Pero Padre no tengo tiempo, tengo muchas cosas que hacer, es difícil”, o “¿qué puedo hacer yo con mi poca fuerza, también con mi pecado, con tantas cosas?”.
A menudo nos conformamos con algunas oraciones, con una misa dominical distraída e inconstante, con algún gesto de caridad, pero no tenemos esta valentía de “salir” para llevar a Cristo.
(Frases extractadas de https://www.pildorasdefe.net/liturgia/evangelio-lucas-9-57-62-mirar-hacia-atras-hijo-dios-reclinar-cabeza)