Los mismos productores solicitaron la medida a la institución como consecuencia del retraso sufrido en los periodos de siembra de la oleaginosa.
La pausa fitosanitaria debía arrancar a más tardar el 20 de junio, pero el plazo se extendió finalmente por casi dos meses, como suele ocurrir en algunas campañas.
Esta regla rige para prevenir la propagación de la enfermedad denominada roya asiática de la soja (Phakopsora pachyrhizi), que puede ocasionar grandes pérdidas en el cultivo.
“Durante el periodo de pausa, todas las áreas de producción de granos y semillas de soja deben mantenerse libres del cultivo de la oleaginosa, o sea, sin plantas verdes en pie y sin hospedantes de la enfermedad, de manera a reducir la fuente de inóculo del hongo causante de la roya”, explicó el Senave sobre el alcance de la medida.
Los propietarios o arrendatarios de parcelas de soja tienen la obligación de eliminar las plantas vivas en pie, inclusive las que están alrededor de sus depósitos, silos, bordes de caminos internos o áreas de dominio de la propiedad, al igual que todas las instituciones responsables, concesionarias o administradoras de ferrovías, puertos fluviales, aeropuertos, caminos públicos, rutas nacionales, silos y depósitos.
Campaña 2022-2023. De acuerdo con los datos de la Unión de Gremios de la Producción y del Instituto de Biotecnología Agrícola, se sembraron casi 3,7 millones de hectáreas en el verano y se cosecharon 9,4 millones de toneladas, lo que representa una recuperación.
Las cifras no contemplan la soja zafriña, que aún se está cosechando y que en su mayoría sirve para la obtención de semillas para la campaña de siembra de setiembre.