En tanto que Caaguazú es la zona ideal para procesar la madera; además de Central, son Itapúa y Misiones los departamentos ubicados en el Top 3 de las mejores zonas para instalar manufactura electrointensiva, porque son departamentos bañados por el río Paraná y beneficiados por sus características sociales, económicas, técnicas, capacidad instalada (infraestructura, conectividad) capital humano y nivel educativo.
Lo expuesto fue en el I Seminario sobre Desarrollo y Transición Económica del Paraguay, cuya metodología está siendo utilizada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), de acuerdo con el ingeniero Arturo González, otro de los investigadores del GISE.
A criterio del ingeniero Sosa, las políticas industriales son observadas actualmente como un freno a la economía; sin embargo, la entidad que elabora las investigaciones notó que hasta los países del primer mundo están apostando de vuelta por esta vertiente de la producción. “Las políticas industriales pueden impulsar la economía del país”, sostuvo.
“Por ejemplo, para la industria del vidrio y la madera, se requiere cantidad de mano de obra calificada, porque son operarios y técnicos para las calderas, además de los bioquímicos; y si se trata del complejo de la madera mediante manufactura automatizada a gran escala, se requiere de buenas capacidades y mucha mano de obra”, destacó.
déficit. Por su parte, González explicó que Paraguay tiene solo 69 productos exportables con ventajas comparativas reveladas (países desarrollados tienen 160 en promedio), de los cuales en el top están incluidas la energía eléctrica, la industria de la madera, soja, carne, y si hay buena inversión también se pueden incluir el plástico, vidrio, manufactura de aluminio e industria láctea.
Los resultados surgieron luego de analizar datos de comercio internacional y de la División Estadísticas de las Naciones Unidas, estandarizados en todos los países; y de las Cuentas Nacionales del Banco Central del Paraguay (BCP).
“De todas maneras, teniendo en cuenta incluso la exportación de electricidad, que es en realidad cesión, tenemos una canasta productiva y de exportación pobre en términos de complejidad; por las pocas capacidades referidas a conocimiento y recursos. Al estudiar esas capacidades, pudimos analizar qué nuevas perspectivas se pueden obtener y se determinó que se precisa diversificar”, indicó.
Por ejemplo, comentó que sería bueno instalar una política en la que las sillas de los entes públicos sean de madera de industrias y regiones específicas, con buena producción; y que sean cambiadas cada tres años, con lo que se genera demanda. Una vez que haya experiencia en satisfacer ese sector, se puede saltar a la producción de cajas y hasta containers de madera, según resumió.