“En términos de destrucción ha sido como si hubiese caído una bomba atómica en nuestro país”, indicó el mandatario en una entrevista con Radio Bío Bío desde Concepción, una de las ciudades más golpeadas por el sismo de 8,8 grados en la escala de Richter.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, dijo: “En términos de destrucción ha sido como si hubiese caído una bomba atómica en nuestro país”. EFE/Archivo | Ampliar imagen
El presidente reveló que precisamente este es el mensaje que trasladó el pasado 11 de marzo a los jefes de Estado y personalidades que asistieron a la ceremonia en la que asumió la Presidencia del país, momentos antes de abandonar el banquete oficial para dirigirse a Rancagua.
La madrugada de este sábado, Piñera participó en una ceremonia al frente de la iglesia de Concepción, donde esperó que el reloj marcara las 3.34 hora local (6.34 GMT), momento en que se cumplió un mes desde el terremoto, que hasta ahora ha dejado 342 muertos identificados, según el Ministerio del Interior, 800 mil damnificados y pérdidas por 30.000 millones de dólares.
Ya de día y acompañado por los ministros del Interior, Educación, Hacienda y Obras Públicas, el mandatario encabezó delante de la catedral de Concepción una misa ecuménica en memoria de las víctimas de la catástrofe.
En la entrevista, Piñera aseguró que será “el albañil, el obrero, el carpintero, el ingeniero y el arquitecto de la reconstrucción”, tarea para la que dijo esperar contar con la ayuda de todos los ciudadanos.
“Chile es un país más pobre que el que había antes del terremoto, y eso es una verdad del porte de un buque que no podemos ignorar. Pero tenemos la fuerza, la voluntad, los planes y los proyectos para ponernos de pie”, agregó.
El gobernante sostuvo que el Ejecutivo está trabajando “a plena marcha” en el levantamiento del país, y se mostró molesto con las críticas de algunos miembros de la opositora Concertación, que esta semana aseguraron que el Gobierno no tiene un plan de reconstrucción definido.
Lamentó que “algunos parlamentarios, cada vez más, empiezan a caer en las viejas prácticas de las descalificaciones sin fundamentos, de las críticas sin antecedentes, y eso no ayuda a nada”.
Reclamó un debate político “con altura de miras y no pequeñez de enfoque”, ya que en su opinión “el país espera unidad y no división” después de la tragedia.
Piñera reafirmó el balance de pérdidas entregado por el Gobierno, que las cifró en 30.000 millones de dólares, de los cuales unos 12.000 millones deberán ser financiados por el Estado.
Para ello, el presidente indicó que manejan varias herramientas, como el ahorro ministerial anunciado la semana pasada, el uso de los ahorros acumulados por la venta de cobre y el aporte del sector privado con la próxima ley de donaciones, entre otras.
Admitió que el Ejecutivo está “estudiando ajustes en materia tributaria”, aunque recalcó que serían ajustes menores que no afectarían a las personas ni a las pymes.
Reafirmó los objetivos de su Gobierno que anunció durante la campaña electoral, de un crecimiento promedio de la economía del 6% y la creación de un millón de empleos durante su administración.
Sin embargo, matizó que se producirá “un desfase en el tiempo” debido al terremoto, aunque se mostró convencido de que la economía chilena registrará una “fuerte recuperación” a partir del segundo semestre de 2010.
Este sábado, en Concepción, Piñera anunció el plan “Manos a la obra”, que contempla la entrega de 8.000 millones de pesos (casi 15 millones de dólares) en materiales de construcción a las familias damnificadas para que puedan reconstruir sus viviendas.