En su minuta derivada a la intendencia para su consideración, el edil presenta datos que señalan que en el 2015 el ingreso por instalación de letreros fue de G. 1.314 millones, lo que en el 2016 trepó a G. 1.580 millones, en el 2017 llegó a G. 1.803 millones y en el 2018 alcanzó los G. 2.202 millones.
“La mayoría de estos anuncios colman espacios públicos sin ningún tipo de orden, tamaño, distribución, restricción y control, avasallando incluso sitios patrimoniales de la capital”.
“Tiene efecto de polución visual. También es un obstáculo que afecta la seguridad vial. Presenta las condiciones de contaminación visual, pues afecta la visualización de señales de tránsito, se percibe un caos de cartelerías que rompe con el paisaje asunceno de una ciudad verde y colorida”, resalta.
Finalmente, Pintos solicita que se implemente un estricto control general de toda la gigantografía instalada en la ciudad, desde su permiso, habilitación y pago del tributo correspondiente.